UNA HERMOSA TRISTEZA, DE BOHUMIL HRABAL

(diseño de Gerardo Morán)
(detalles de las fotografías y video al final)
La escritura del checo Buhamil Hrabal semeja a música tocada con un delicado instrumento: cada palabra parece “cincelada”, no se registran notas en falso y su conjunto se presenta aderezado por acompañantes insustituibles en la construcción literaria: la imaginación, la creatividad, el decir poético, y, en su caso, las marcas que lo particularizan, tales como el humor, el erotismo, la autobiografía, el absurdo.

El escritor argentino Juan Pablo Bertazza, residente en Praga, oportunamente halló una verdadera joya escondida: un libro de Hrabal nunca traducido a nuestro idioma. Y fue así como el sello nacional Pinka pudo publicar el libro ahora comentado, que tuviera edición original en 1976.

Me adelanto: Una hermosa tristeza es un gran libro y se encuentra entre lo mejor que ha escrito Hrabal. No se está ante una novela, estrictamente hablando, sino que se trata de una serie de estampas que, en forma de cuentos de raíz autobiográfica, nos lleva al mundo del pequeño Hrabal.

Sin embargo, el libro conlleva una suerte de trampa: los tiempos históricos están adulterados por el escritor, en el sentido de que él no tenía pocos años cuando los nazis invadieron la entonces Checoslovaquia, puesto que había nacido en 1914, por lo que vivía sus treinta y tantos cuando se produjo el triste, cuando no terrible, acontecimiento bélico. El “tiempo” de la novela se ubica a fines de los ’30 y comienzos de los ’40 del siglo pasado, es decir poco antes de la invasión nazi y un tiempo después. La invasión se produjo en agosto de 1939.

Por lo tanto, aunque resulte ineludible hablar de autobiografía, estamos ante una ficción que le ha permitido a Hrabal reconstruir el orbe llamémosle espiritual del pueblo donde pasó su infancia y en el que su padre era el encargado de una potente cervecería. En lo que fue la vida real del autor ese pueblo se llama Nymburk, donde el escritor vivió desde los cinco años y en el que su padre, en efecto, fue responsable de una gran cervecería. La población está ubicada a unos 50 kilómetros de Praga.

Hrabal “toca” su música con varios instrumentos literarios, como ya dije. Uno de ellos es la poesía que queda patentizada en el primer episodio del libro que solo lleva un título meramente indicativo: “Alumbrado público”. En esas páginas el pequeño protagonista se limita a seguir a un señor llamado Rambousek, el encargado de encender las lámparas de gas. Para él, el encendido de las lámparas es un acto mágico que nadie termina de celebrar. En un momento dado, el farolero le permite encender una de las lámparas, pero el niño fracasa, un acto frustrado que lo amarga. Sin embargo, acontece algo más:  interesado en saber qué ocurre cuando el farolero apaga la iluminación, una madrugada se levanta y en plena noche lo busca para ser testigo de otra clase de deslumbramiento. Y esa vez Rambousek lo invita a apagar una de las lámparas, una acción que en esta ocasión no falla: “El cielo estaba todo azul, la mantilla ardiente en la lámpara a gas no era más grande ni más ligera que las alas de una mariposa blanca. Y vi el gancho al final de la vara, vi el gancho debajo del mechero y ensarté uno en el otro. El propio señor Rambousek se quedó bastante impresionado por lo que acababa de ver y yo tiré de la vara de bambú y me vino la sensación de que había apagado el cielo entero”. (p.12). 

Personajes conocidos en otros libros se hacen presentes en este, tales como el tío Pepín, un alucinado en el “hoy” casi muerto de hambre sostenido por la familia, añorando su paso por el ejército austrohúngaro y alucinado por bellas señoritas que lo esperan todas las noches en los bares del pueblo. Y el padre, siempre en contradicción con su hermano y con sus manías de indagar en los misterios de los motores, para lo cual llega a desarmar su propio automóvil porque anda demasiado bien… A esos y otros personajes se añaden, entre tantos: la curiosidad erótica, incipiente, del pequeño protagonista, las desmesuras de algunos vecinos atacados por la locura, la ira, la destrucción, otra obsesión, la de su madre que a toda costa se muestra como una desbordada actriz teatral, el registro de la vida cotidiana de un pueblo que se transforma en “otra cosa” indescifrable debido a la mirada inquieta de un niño que se ve sorprendido a cada instante por lo mágico de la vida…

Cada capítulo (son algo más de veinte), es una invitación al mundo diferente que exhuma Hrabal de su propio pasado, trasmutado en eso indescifrable pintado con su literatura personal.

Otro episodio magnífico es el que da título al libro. En él, un tío perdido regresa en un caballo blanco con una mujer hermosa, ambos vestidos de forma estrambótica, ambos casi etéreos. Ellos, especialmente el tío, irrumpen en una fiesta y comen y beben a destajo, ante la mirada atónita de la madre y los temores evidentes del padre del protagonista. Cantando fragmentos de la opereta La viuda alegre el tío y la mujer despiertan el fervor dormido entre los asistentes al festejo, hasta que arriba la realidad en forma de un acreedor y todo se desmorona. 

Así como Hrabal relata el episodio con nostalgia y algo de dolor, también de felicidad, en otro momento se detiene en los músicos que llegan para alegrar al pueblo (“Los músicos de Šumava”) a los que sigue más allá de sus presentaciones, mostrándolos como seres marginados aferrados a sus instrumentos enriqueciendo vidas ajenas a pesar de sus padecimientos cotidianos. 

El libro es un paseo apasionado, nostálgico, reiteradamente tierno, que permite un nuevo acercamiento a la escritura siempre inaugural de este entrañable autor. 

Una hermosa tristeza (Krasosmutnění), de Bohumil Hrabal

Pinka Editora, Buenos Aires, 2023, 204 páginas

Traducción de Juan Pablo Bertazza

Fotografías, de arriba abajo: El traductor Juan Pablo Bertazza en Praga; tropas alemanas ingresan a Checoslovaquia, agosto 1939; Nymburk, donde Hrabal vivió durante su niñez; fiscorno, uno de los instrumentos de los músicos de Šumava; edición checa de Una hermosa tristeza 

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Video 

Comentario de Juan Pablo Bertazza sobre Una hermosa tristeza, subido a YouTube hace un año por Pinka Editora. Duración: 6 minutos 6 segundos



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