ACADEMIA BELLADONA, DE PABLO DE SANTIS

Academia Belladona, de Pablo de Santis

Editorial Planeta, Buenos Aires, 2021, 189 páginas

El autor que busca la claridad, la sencillez y la elegancia en su escritura, regresa con una ficción que trata de recuperar “el espíritu” de la novela policial inglesa, de enigmas, aunque en este caso los crímenes cobran plano protagónico

"La gata se frotó contra mis piernas, como si quisiera comunicarme que solo de lo presente y lo inmediato estamos seguros, y lo que está más allá, en otras provincias del tiempo y el espacio, es la sombra de una sombra"

En rigor, no se puede -ni se debe- hablar de herencias, pero es evidente que Pablo de Santis, el riguroso y convincente escritor argentino, sigue los luminosos pasos por el que transitaron esencialmente Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

Ellos, especialmente Borges, estuvieron primero en su etapa adolescente, como bien lo dice en la entrevista que añado al final de esta nota, y la claridad, la precisión y, cómo no, la elegancia a la que alude De Santis, estaban presentes en las obras de aquellos maestros. Y vuelven a estarlo en los textos de este sensible autor.

Academia Belladona es (si la cuenta no falla) el opus cuarenta de De Santis y, la verdad, ha sido una felicidad leerlo. Porque se trata de una historia tan intensa como inverosímil, aunque esto último no es importante, dado que ante la ficción hay que dejar en suspenso la sospecha y la incredulidad.

De Santis considera que, al fin de cuentas, los relatos proponen que creamos, al menos por un momento, la fábula (o, en todo caso, la mentira) que el autor postula como real.

Por lo que, en este caso, corresponde seguir los pasos del joven Duncan Dix, quien, en 1932, en la Londres cubierta de neblinas (¿dónde, si no?) se propone ingresar a la Academia del título con la intención de vengar las muertes de sus padres, presuntamente asesinados por un extraño y elusivo personaje: Gideon Krendell.

Mientras aprende las técnicas de los venenos y las armas, durante un tiempo considerable seguirá arreglando camisas en Spenser & Jacobi donde conocerá a un extraño competidor, Kalman, quien al final de la novela develará su verdadero nombre. Y sus reales intenciones.

Un mundo desconocido. Así, lección tras lección, Dix irá ingresando a un mundo desconocido, “escondido” tras estampillas y películas inexistentes, y en el que el filatelista Henry Cobler y la profesora Trent lo irán guiando por ese orbe secreto, laberíntico y traidor, donde en cada momento puede surgir una trampa. O un crimen, inesperado siempre, y no pocas veces espantoso.

La contratapa de este libro entrega una síntesis excelente: “Mientras Dix avanza hacia la venganza fatídica, un cuarto cerrado lo espera: la habitación clausurada del pasado familiar”.

La historia se bifurca en distintas oportunidades y, como ejemplo, en el hotel Savoy de Viena se producirá una cruenta batalla entre los miembros de la academia y los representantes de una segunda academia, llamada Borgia.

Otro escenario terrorífico será el del Sanatorio del Frío, en la alta montaña, en el que Dix encontrará las respuestas a los distintos misterios que marcan su vida. Y sabrá del amor. Y sabrá del dolor.

De Santis, como suele ocurrir en sus historias, propone el misterio y, de una cierta manera, propone el juego a quien lea esta novela. Y la verdad es que vale la pena adentrarse en estas páginas.

“Para mí escribir es inventar, es agregarle cosas al mundo”.

Datos para una biografía

Pablo De Santis nació en Buenos Aires en 1963. Es licenciado en Letras (Universidad Nacional de Buenos Aires). Trabajó como periodista y como guionista de historietas. Publicó las novelas La traducción (1998), Filosofía y Letras (1999), El teatro de la memoria (2000), El calígrafo de Voltaire (2002), La sexta lámpara (2005), El enigma de París (2007), Los anticuarios (2010) Crímenes y jardines (2013), La hija del criptógrafo (2017) y Academia Belladona (2021). Sus cuentos están reunidos en Rey secreto (2005) y Trasnoche (2013). Es autor de más de diez novelas para jóvenes, por las que ganó el premio Konex de Platino (2004) y el premio Nacional de Cultura (2010). El enigma de París obtuvo el premio Planeta Casamérica (2007) y el Premio de la Academia Argentina de Letras. Su novela El inventor de juegos (2003) dio origen a la película homónima, dirigida por Juan Pablo Buscarini, (a esa novela le siguieron El juego del laberinto-2011- y El juego de la nieve -2016-). Su historieta El hipnotizador (con ilustraciones de Juan Sáenz Valiente) se convirtió en una serie de HBO. Desde 2016 es miembro de número de la Academia Argentina de Letras.