Postales: El elefante de Murakami. Memorias de Le Carré. Misterios de Pablo de Santis. Premio Alfaguara. Un tal Woody Allen

El elefante de Murakami. El japonés Haruki Murakami es autor de una ya amplia, controversial y particular obra narrativa sustentada fundamentalmente en sus novelas que recorren el mundo y tienen millones de seguidores. 

Sin embargo, a contrapelo de crítica y público, este escritor me ha convencido más como cuentista que como novelista. Lo ha vuelto a demostrar, siempre desde mi perspectiva, con El elefante desaparece (Tusquets), una selección de cuentos que escribiera de manera central en los ’80 del siglo pasado, publicara en japonés en 1993, y que por razones que desconozco sólo ahora se conocen en nuestro idioma.

Como estamos ante una amplia selección y el libro no admite una guía interna o temática, resulta imposible definirlo en cuanto a intenciones expresivas. En él, Murakami aborda cuestiones muy diversas, en algunos casos marcadas por lo fantástico, en otras limitándose a comentar experiencias de vida, quizás personales, quizás de otros, pero que no terminan constituyendo cuentos, sino que se parecen más a la crónica. E incluso a la confesión personal, a anécdotas que no ha querido perder de vista y las ha vuelto relatos. En otros momentos, en fin, se impone el verismo.

“Sueño”, la historia de una mujer insomne que por esa causa llega a vivir una especie de doble vida, es de todos el más conocido porque se ha difundido como texto independiente e ilustrado. Es una de las principales “muestras” del mundo alternativo al que es tan afín Murakami, como también lo son “El pequeño monstruo verde”, “La gente de la televisión”, “El enanito bailarín” y el que da título al libro, textos en los que prevalece el misterio y que me han resultado lo más interesante de la serie, aunque de todos destaco “Silencio”, ligado al realismo, de sostenido interés que, sin desbordes, habla con mucha inteligencia de lo que significan la venganza y el arrepentimiento tardío.

(Barcelona-Buenos Aires, 2016, 344 páginas. Traducción de Fernando Cordobés y Yoko Ogihara. En España: 19,90 euros. En Argentina: 299 pesos).

Vuelo en círculos de Le Carré. Hay una fecha precisa: el 10 de septiembre venidero. Ese día, en todo el ámbito de habla hispana se conocerá, en simultáneo, la autobiografía del británico John Le Carré (David Cornwell, 1931), Volar en círculos, en el que repasa su vida al parecer sin aplicar censuras, puesto que se anticipa que cuenta sus peripecias como espía de los británicos durante la Guerra Fría. 

Un espionaje que no lo deja bien parado, puesto que tuvo que buscar comunistas entre los estudiantes, luego de que se descubriera que Kim Philby y otros connotados británicos eran en realidad espías de los soviéticos.

Pero, por supuesto, le Carré se refiere también a su extensa obra narrativa que en su brillante primera parte animara su famoso personaje George Smiley, quien desde las sombras luchaba, libro tras libro, contra Karla y los espías del Este comunista. Veintitantos libros le han servido a Le Carré para hablar de amores y traiciones, de seres dignos y de los otros, en historias contundentes que no por casualidad muchas veces fueron llevadas a la pantalla. Historias que hasta ahora mismo ha seguido escribiendo. Eso sí, cada vez con más rabia, con mayor desesperación. Esperamos con mucho interés conocer esas páginas.

De Santis, el borgeano. El argentino Pablo De Santis ha hecho de Borges, de Bioy, y quizás de Marcos Denevi, sus padres literarios. En su obra, en la que suele estar presente tanto el laberinto como la ironía, hay secretos a develar, personajes que parecen llegados de la vieja Europa central de entreguerras, fórmulas matemáticas y un soterrado pero permanente humor. Escribe tanto para adultos como para un público juvenil que lo sigue con entusiasmo. 

El inventor de juegos (2003; llevado al cine) ha sido su mayor éxito. El libro se transformó en trilogía y así esa novela fue continuada en 2011 por El juego del laberinto y ahora por El juego de la nieve, que también tiene al joven Iván Dragó, como el protagonista que debe luchar contra villanos –resolviendo enigmas a cada paso- para reencontrar a sus padres.

Dueño de un estilo personal muy reconocible, De Santis sabe cómo narrar sin que sus historias decaigan. Y sin interesar demasiado si se trata de un texto “juvenil” o “para adultos”, porque en todos los casos prevalece el excelente decir de este amante de tiempos pretéritos, donde prevalecían los sombreros, los trenes y las máquinas de escribir, no había computadoras y sí mucho tiempo y espacio para el misterio.

(Loqueleo-Ediciones Santillana, Buenos Aires, 2016, 258 páginas. En Argentina: 145 pesos).
El XIX Premio Alfaguara de Novela. Se fallará el 5 de abril entre 707 obras participantes, de las cuales 303 han sido remitidas desde España, 108 desde México, 96 desde Argentina, 82 desde Colombia, 54 desde Estados Unidos, 34 desde Perú, 16 desde Chile y 14 desde Uruguay.

Como cada año, el premio contará con un jurado compuesto por destacados escritores y personalidades culturales. En esta edición presidirá el jurado la escritora Carme Riera (foto). La composición del resto del jurado no se hará pública hasta el momento del fallo.

Desde su primera edición, en 1998, han presidido el Premio Alfaguara Carlos Fuentes, Eduardo Mendoza, Alfredo Bryce Echenique, Antonio Muñoz Molina, Jorge Semprún, Luis Mateo Díez, José Saramago, José Manuel Caballero Bonald, Ángeles Mastretta, Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Luis Goytisolo, Manuel Vicent, Bernardo Atxaga, Rosa Montero, Manuel Rivas, Laura Restrepo y Javier Cercas. El galardón está dotado con 175.000 dólares, una escultura y la publicación de la novela.

Un señor llamado Woody Allen. El español Natalio Grueso no se anda con medias tintas: el libro que ha publicado sobre el archifamoso director de cine lleva el nombre del norteamericano y el subtítulo de “El último genio”. 

Vale decir, que al lector se le advierte desde la misma cubierta, ilustrada con la foto del gran cineasta arreglándose sus míticos anteojos de grueso marco negro, que el volumen que va a leer es laudatorio y que difícilmente se encuentren en sus páginas críticas mordaces contra el hacedor de “Manhattan”.

Aclaración personal: más allá de los errores y cuestionamientos que Woody puede recibir, lo considero un talento excepcional, un gran artífice que ha legado al cine una media decena de obras maestras y un sinnúmero de buenas películas, aun en su etapa más actual, en la que también ha hecho varios filmes olvidables.

Pero el crítico Grueso pondera aún a las películas “débiles” de Woody, como lo fueron –entre otras- las relativamente recientes “Vicky Cristina Barcelona”, “La mirada de los otros” (o “Un final made in Hollywood”) o “A Roma con amor” aunque, por supuesto, más se detiene en sus grandes, extraordinarias, realizaciones, además de “Manhattan”: “Annie Hall”, “Hannah y sus hermanas”, “La rosa púrpura de El Cairo”, “Zelig” y su, para mí, obra máxima: “Crímenes y pecados” (conocida en España como “Delitos y faltas”).

Grueso reconstruye la vida de quien nació como Allan Stewart Könisgberg el 1 de diciembre de 1935 y que, en plena adolescencia, se transformó en guionista de los principales animadores de radio y shows de la época. Tanto, que a los 16 años ganaba el doble que sus padres inmigrantes y pasados los 20 tenía un ingreso semanal de 1.600 dólares, cuando el salario promedio de un trabajador era de 35 dólares…

Los monólogos para otros, primero, lo que hoy conocemos como el stand up luego, su acercamiento a Jack Rollins y Charles Jaffe que lo ayudaron y acompañaron durante décadas en su carrera profesional y por fin, luego de sentirse frustrado como guionista de “¿Qué pasa Pussycat?”, su lanzamiento como director y actor de sus películas, de las que ha logrado tener hasta hoy un control absoluto, algo que en la práctica no le ocurre a casi ningún director de cine del mundo.

Dividido en doce capítulos que toman diversos acontecimientos en la vida y la obra de Allen (con escasas alusiones a la compleja separación de Woody y Mia Farrow, y las graves acusaciones en contra del primero formuladas por la actriz), el libro es exhaustivo en cuanto al anecdotario en la vida y la obra del creador de “Blue Jazmine”, pero lamentablemente no analiza una a una sus más de cincuenta películas, todas las cuales, aún las fallidas, merecen atención singular. Más allá de eso, buen momento para leer sobre lo que Woody es, ha sido y seguirá siendo, mientras mantiene su envidiable producción de una película por año (la de 2016: "Café Society", a presentar en Cannes) a la que se sumará una serie que está concluyendo para Amazon. Genio y figura.

(Penguin Random House, Barcelona-Buenos Aires, 2015, 286 páginas. En España: 19,90 euros. En Argentina: 249 pesos).

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