DE ABAJO MIRA EL CIELO, DE CÉSAR BISSO

De abajo mira el cielo, de César Bisso

Ediciones Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 2019, 139 páginas

En Argentina: 350 pesos

Una excelente selección de poemas de Bisso, comprometido con el paisaje de Coronda, agua e islas que se vuelven territorio mítico

En una isla nada es fugaz.

El tiempo es pura conjetura.

“De abajo mira el cielo”, nos advierte el argentino César Bisso en su más reciente libro, integrado por un poemario, Isla adentro, cuya primera edición tiene ya veintitrés años, y el segundo, de reciente redacción, compuesto por distintos textos reunidos en Otros poemas.

Bisso logra en el presente volumen anular el paso del tiempo, recrearse en el mito del agua. En definitiva, continuar hablándonos, como viene haciéndolo desde sus primeros libros, sobre un territorio único vuelto un cielo presunto o cierto, que nos mira, nos observa.

Su tarea poética, nos dice, es la de exponer sus “descubrimientos” esenciales, a los que alude Francisco Madariaga en un texto de 1999: “Todo esto compromete a nuestra imaginación y a nuestro sueño, cuando creemos primordialmente en el agua, y tratamos de bajar y subir por el río eterno”.

Bisso es “el poeta” de Coronda. La casi totalidad de su obra gira en torno a ese territorio. La ciudad es una de las más antiguas de Argentina (se considera a 1664 como su año de fundación) y es, en la región, la zona frutillera por excelencia.

Pero el poeta no se detiene en esa historia ni en la propia localidad, sino que “mira” en torno y lo que ve es la isla, es el agua y aquello que se instala o existe en dicha región. Y eso que se instala o existe es algo esencialmente inefable, que por suerte logra traducir en palabras.

El río, otro sol. Basta con recorrer este doble poemario para verificarlo; “La isla se tiende / como sombra en celo, / resignada / al desvelo del árbol / al esplendor del rocío. // A la voracidad de la noche”. “El río es otro sol que ilumina desde abajo”. “El río no ofrece ni quita. Como el poema, navega dentro de sí”. “Hay eternidad / donde un árbol / no alcance / su propia sombra”.

Cada criatura intuye su rumbo salvaje.

Solo la sombra del hombre anda perdida.

El libro recupera una nota escrita por Hugo Echagüe en 1999, en El Litoral de Santa Fe. Ya en aquel momento, el crítico expresaba: “Es en esta actitud centrada en el silencio donde el fluir de la lírica de Bisso alcanza un particular estadio de madurez creativa”.

Ese “silencio”, propio de Juan L. Ortiz, propio de Diego Oxley, propio del pintor Ricardo Supisiche, es el que ha heredado y mantiene “vivo” el poeta de nuestros días.

“En la permanencia de la mirada / el río nos parece eterno”.

Bienvenida estas páginas. Bienvenida esta insistencia. Felices debemos sentirnos ante la comprobación de que, gracias a Bisso, tan rica tradición conserve su vigencia.

Datos para una biografía

César Bisso (Santa Fe, 1952). Sociólogo y profesor universitario, ha recibido por su poesía diversas distinciones literarias, como el Premio José Cibils (1973), el José Pedroni (1997) y el Internacional de la Fundación Honorarte (2003). Ha sido coordinador del Taller Literario del Rectorado de la Universidad Tecnológica Nacional y colabora en diarios y revistas. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, portugués, italiano, alemán, esloveno y turco.

Algunos de sus poemarios son La agonía del silencio (1976), El límite de los días (1986), El otro río (1990), A pesar de nosotros (1991), Contramuros (1996), Isla adentro (1999), Las trazas del agua (2006), Permanencia (20009, antología publicada en Colombia), Un niño en la orilla (2016), Andares y De abajo mira el cielo (ambos de 2019). Ensayo: Cabeza de medusa (2014).

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