UN RÉQUIEM EUROPEO, DE JAVIER SÁEZ DE IBARRA. ENTREVISTA

(idiseño de Gerardo Morán)

(detalles de las fotografías al final)

La música se hace sentir en el amplio recinto, conmueve y deja casi sin respiro a quien la escucha. Penetra muy hondo, nada en ella es gratuito, ni una sola nota puede considerarse falsa, en falta, todo está allí ajustado. La solemne música y el silencio que la acompaña habla de la muerte, del sueño eterno chandleriano. De la pérdida irreparable.
 

Esa música, esa presencia de lo absoluto, la compuso -sin concluirla- hace más de doscientos años atrás el joven y genial Wolfgang Amadeus Mozart y hoy, en términos de talentosa escritura, la retoma el español Javier Sáez de Ibarra para hablarnos sobre la cada vez más acentuada decadencia europea. 

En el libro hoy comentado, cada bloque o pasaje del Réquiem se ve “traducido” a relatos, en los que se habla de la dificultad de la relación humana, así como de la intolerancia hacia el otro, hacia el distinto. Algo que se evidencia tanto en el comienzo del libro (el texto “Una mujer camina sola”, hermético y poético, preludio del propio Réquiem) como en la serie de relatos breves que le siguen de inmediato, agudos, precisos, inquietantes, agrupados bajo el título de “Otros y yo” (que “simbolizan” al Introito del Réquiem). 

En ellos la soledad raigal, la mezquindad y la falta de contacto con esos otros devienen constantes y en el desarrollo de todo este libro resulta nítida, diría que, subrayada, la cosmovisión cristiana. Y, más estrictamente, católica, presente en muchas partes del libro. 

Los relatos admiten temáticas diferentes y diversas maneras de narrarlos. Algunos están guiados por un sostenido y sutil humor que, llegado el caso, se vuelve irónico, cuando no sarcástico. 

En otros momentos la ficción es dejada de lado para darle lugar a la crónica, más específicamente a la denuncia, documentada. Eso ocurre en dos casos: en “Los condenados” (que corresponde al Kyrie), sobre un episodio registrado en 2017, cuando un barco cuya finalidad era la de rescatar en el mar a inmigrantes africanos que buscaban la costa española se vio retenido en el puerto de Barcelona, impidiéndose por lo tanto que cumpliera con su tarea humanitaria. 

El segundo caso ocurrió en 2020, durante la pandemia de Covid. La base de la crónica es una conversación que, de manera textual, publicó el medio barcelonés El Periódico. Se trata de una conversación de la hija de una paciente afectada por el mal y una profesional. Dicha plática habla de las enormes carencias que registraban los hospitales públicos de Madrid, consecuencia de la degradación de servicios para la población de menores recursos que nació con la crisis económica de 2008. El tema, el de la creciente falta de recursos, ya había sido planteado por el propio Sáez en un libro anterior (Fantasía lumpen, 2017). La resultante de la mala praxis derivó en la muerte de la anciana. Se infiere de la charla telefónica que las carencias llevaban a optar por uno u otro paciente y que en la macabra selección terminaban perdiendo los de mayor edad. (en “Muere una europea”, que corresponde a Sequentia – Ingemisco. Esto último en latín significa gruñir, gemir). 

Todos los mundos el mundo. Con la calidad de escritura evidenciada en libros anteriores, aquí potenciada, el autor muestra o demuestra la decadencia de una sociedad -la de la Unión Europea en particular y la de Europa, en general- cada vez más disgregada y menos empática. En sus relatos habla de las dificultades de comunicación, del incremento de la vida en soledad, de las ambiciones individuales en detrimento de lo colectivo y de la propia disgregación de la familia. 

Como contrapartida, Sáez se refiere también al amor, abordándolo en varias de sus facetas. Entre tantos textos de valor destaco el relato “Los jóvenes”, cuyo protagonista es un adolescente que encuentra por primera vez el fervor y la carnalidad en una mujer. Sáez lo sigue, en sus aciertos y errores, en su ingreso a lo desconocido. En un momento, previo al central, al fundamental, cuenta: “Ella te roza cuando pasas, tú miras al suelo y caminas detrás, eres el bobo que trastabilla, un cordero y al mismo tiempo un héroe”. Este relato es un auténtico canto a la vida y no por casualidad corresponde al pasaje Aleluya del Réquiem. 

Se podría decir que un sinfín de temas, de historias, aguardan al lector de Un réquiem europeo. Ya se trate de la máquina robotizada que se evidencia más humana que los humanos (“La máquina”: Gloria), de la gota, cierta o presunta, que enfermizamente obsesiona a un hombre (“La gota”: Ofertorio), del músico que se ve en caída a pique y se refugia en un cierto o presunto mejor pasado (“Recuerda la música”: Recordare) o el original contrapunto entre un Cristo celestial y un Nazareno carnal (“Cristo y el Nazareno”: Credo). 

El libro, en su totalidad, resulta una variada lección de buena literatura. Tanto por la originalidad que supone cada relato, como por la música interna que marcan su desarrollo. En cada uno de ellos, sin exageraciones ni gratuidades, Sáez de Ibarra les impone estilos y formas narrativas particulares. La suma de esas virtudes termina concretando un libro de calidad, infrecuente. 

Lector asiduo y complacido del autor español, tengo el convencimiento de que la presente novedad es la mejor y más macerada de su obra literaria. Es la oportunidad para acercarse a este, su territorio personal, quizás intransferible…

“El auge de la ultraderecha en Europa es el resultado del miedo”

 Destaco, como primera aproximación a tu libro, las grandes exigencias que te planteaste, es decir, por un lado, generar una nueva obra literaria, no un ensayo, que permitiera, amén de su libertad intrínseca, esto es, alejada de la crónica en la gran mayoría de los casos y, en segundo término, que esos mismos textos en forma indirecta permitieran “hablar” de la crisis europea. Y, por último, vincular a esa suerte de magma a una música muy especial, de alta calidad que gira en torno a la muerte. Dicho esto, doy paso a tu palabra con esta casi obvia y primera pregunta: ¿Cómo te surge la idea de un libro tan complejo? 

Lo primero fue el deseo de componer un réquiem (con sus himnos imprescindibles) al que añadí ciertas partes de una misa corriente. El origen de la idea proviene de los músicos que han asumido la tarea de componer para esa estructura (Mozart, Verdi, Fauré, Ligeti…), a los que quise emular desde el campo literario. Esa estructura suponía un desafío creativo y la posibilidad de experimentar si tenía algo que decir todavía hoy; esto es, si ese orden litúrgico en su conjunto y si esas partes de la misa e himnos concretos del réquiem podían aportar un sentido añadido a los relatos.  

La segunda pregunta es si la construcción, digamos así, de una obra de estas características, te insumió mucho trabajo. 

Creo que fue aproximadamente un año. Aunque se trata de 25 cuentos, varios de ellos ya estaban escritos antes y encontré que encajaban muy bien en el conjunto. 

¿Cómo lo fuiste elaborando? 

Una vez que tenía la estructura había que colocar un cuento en cada parte o para cada himno. Ya digo que para algunas partes o himnos no necesitaba escribir nada porque me servían relatos previos perfectamente –yo diría, significativamente–. En otros casos, la tarea era escribir un cuento ex profeso para cada sección. Lo hice en ambos casos con entera libertad. En ocasiones, la relación de cuento-parte es evidente. Por ejemplo, el relato “Los condenados” se sitúa en la parte Kyrie, que es la oración de petición de perdón. Esta parte dota de mayor sentido a una narración sobre las muertes en el Mediterráneo de los inmigrantes que tratan de llegar a Europa, como de los obstáculos políticos y administrativos que se pusieron en España contra la nave Open Arms que pretendía hacer viajes de salvamento. En otros casos, la relación entre la parte o himno es más oblicua, el Agnus Dei sobre el sacrificio de Cristo se convierte en un cuento sobre la decisión de un hombre por ayudar a su hija en una relación que la hace sufrir, o incluso me permito una vinculación irónica entre la parte y el relato: el Aleluya presenta un cuento que polemiza con la represión sexual de la moral católica.   

Tu libro resulta una especie de invitación al debate, porque la muerte se vincula en forma férrea a la situación de Europa, más concretamente de la Unión Europea. ¿La muerte que presupone el Réquiem parte de tu visión, que interpreto pesimista, sobre el futuro de la Unión Europea? 

Hay tres relatos que directamente hablan de Europa: la política española respecto a los inmigrantes ilegales que tratan de llegar desde África cruzando el mar Mediterráneo; el comportamiento de las autoridades madrileñas durante la crisis del covid-19 que provocó la muerte de miles de personas por desatención y la guerra, que sitúo en un barrio de la ciudad de Madrid. Son tres ejemplos claros de lo que considero la traición de lo que se pretende llamar “espíritu europeo” y que se exhibe con orgullo. La crueldad con los pobres, el abandono de los ancianos y la violencia de la guerra no cesan en Europa, no son hechos del pasado, sino nuestro presente trágico y, sin embargo, oculto a las conciencias de nosotros mismos hasta el punto de que reaccionamos con indiferencia o, como mucho, resignación. De modo que la pregunta que se plantea en el libro no es sólo qué hace Europa, como un ente abstracto, sino cómo actuamos los europeos y qué formas de vida realizamos. 

Pasemos a otras cuestiones. La primera ¿cuál es tu relación con la música? 

Procedo de una familia en la que varias personas se han dedicado a la música. La música, en particular la clásica o culta, me ha acompañado siempre. Suelo escucharla, aunque no soy especialista. Y este interés está en el origen de que me planteara asumir la tarea de componer un réquiem con cuentos como los compositores crearon música para cada himno. Salvo un caso, el mundo musical no está presente como tema de mis relatos; con todo, creo que hay una armonía musical en la prosa que practico. 

La segunda cuestión refiere a la religión, muy presente en el libro. ¿Cuál es tu relación con ella? 

La cuestión religiosa, el cristianismo en particular, es un elemento central en mi vida y, por tanto, en mi escritura, como lo es mi interés por la filosofía, la política, los conflictos sociales, la ética, etc. En todos mis libros hay algún cuento que la aborda. Siempre con la intención de cuestionar su validez, reflexionar sobre su sentido hoy, nunca con una motivación proselitista; pretendo en todo caso plantear diálogos más que cerrar puertas. Las preguntas sobre nuestro destino, la razón para vivir, el anhelo de superar las situaciones dadas por alguna forma de trascendencia, el valor de la vida humana y el problemático don de la existencia son otras tantas cuestiones que se plantean en los relatos en relación con la religión.  

Aunque la pregunta resulte un tanto reiterativa, ¿podrías decirme más sobre lo que significa para ti la religión, en general, y la Católica, en particular? 

La fe religiosa es una forma de posicionarse en el mundo que yo comparto. Es una experiencia siempre perturbada por toda clase de debilidades, oscuridad, contradicciones y males diversos. Ha sido abandonada por muchas personas que no encuentran en ella más que una forma de opresión. Algo que creo comprender perfectamente y que, en numerosos casos, es un hecho objetivo. Sin embargo, creo que esto no clausura la posibilidad de creer en lo divino como una dimensión liberadora y abrirse a lo que no podemos controlar ni explicar.  

Es muy evidente el creciente auge de la ultraderecha en Europa y, desde mi punto de vista, más que preocupante. Puede, si llegar a triunfar, derribar el actual proyecto democrático que sostiene a la Unión ¿Cuál es tu punto de vista? 

Para mí, el auge de la ultraderecha en Europa es el resultado del miedo: a la inmigración, a los enemigos de la OTAN, a los avances sociales del feminismo y la diversidad sexual, al cambio climático, a la previsible crisis económica, social y mundial que ello implicará…; un miedo al que se responde con agresividad, sin inteligencia y con una mentalidad de aferrarse a frases huecas dichas con firmeza por determinados políticos. Pero también a la falta de altura práctica y moral de la izquierda en el poder (por llamar así a los partidos socialistas europeos, más liberales que socialdemócratas) que no da respuesta a la degradación de la vida de los pobres y clases medias (bajo salarios, desmantelamiento de los servicios públicos gratuitos, insuficiente protección social, etc.) que conduce a un cierre del futuro inmediato. La democracia, pienso, no es un todo o nada; hay fórmulas más o menos democráticas en la medida en que los ciudadanos disfruten de más o menos libertad e igualdad. Decir ultraderecha es decir neoliberalismo y decir neoliberalismo es decir clasismo, libertad de acción para los fondos de inversión especulativos y empobrecedores, represión del diferente a todos los niveles y nacionalismo excluyente. Y, por supuesto, ceguera absoluta acerca de los verdaderos problemas, ahora ya gigantescos, que nos condenan.  

Un réquiem europeo, de Javier Sáez de Ibarra, Ediciones Páginas de Espuma, Madrid, 2024, 216 páginas

Fotografías. De arriba a abajo: inmigrantes africanos en un bote sobrecargado sorprendidos en cercanías de un puerto europeo. Reunión plenaria de la Unión Europea. Orquesta y coro del Teatro Argentino, La Plata, ejecutando el Réquiem de Mozart.

 Datos para una biografía 

Javier Sáez de Ibarra (Vitoria, España,1961) es autor de los libros de cuentos El lector de Spinoza (2004), Propuesta imposible (2008), Mirar al agua. Cuentos plásticos (2009), que obtuvo el Primer Premio Internacional Ribera del Duero, Bulevar (2013), distinguido con el XI Premio Setenil, Fantasía lumpen (2017) y Un réquiem europeo (2024), el poemario Motivos (2006) y la novela Vida económica de Tomi Sánchez (2020). Sus relatos han sido incluidos en importantes antologías como Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (2010); Pequeñas resistencias 5. El nuevo cuento español 2001-2010 (2010) o Cuento español actual (1992-2012) (2013). Ha editado la antología de Hipólito Navarro, El pez volador (2008). Publica textos misceláneos y de crítica literaria en Cuadernos hispanoamericanospenúltiMaQuimeraÍnsula o Zenda. Coordina la revista digital oxi-nobstante.blogspot.com

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