ADOLFO BIOY CASARES NUEVAMENTE EN ESCENA

 

“Escribir es agregar un cuarto a la casa de la vida”.

 Con considerable silencio previo, el grupo editorial Penguin Mondadori, a través de Alfaguara, ha sorprendido al reeditar, en quince cuidados volúmenes aparecidos en forma simultánea, la obra completa del argentino Adolfo Bioy Casares, uno de los grandes (muchas veces postergado, en cuanto a reconocimiento) escritores de nuestro idioma. 

Según se ha podido saber, la colección le fue confiada a dos expertos en Bioy: Daniel Martino y Ernesto Montequin. Para este lanzamiento, se tomó como base una anterior edición, en tres tomos, de la misma obra del autor de El sueño de los héroes, y los coordinadores debieron releer más de tres mil páginas para evitar errores. Las ediciones son impecables, de las mejores que se han conocido en los últimos años en Argentina, y cuentan con el adicional de que las portadas de cada volumen llevan fotografías de reconocidos profesionales, tales como los de Aldo Sessa, Pedro Raota y Horacio Coppola, por citar a los más famosos. Y talentosos.


 ¿Cómo ubicar a este excelente escritor en el canon argentino? ¿Bajo la sombra de Borges? ¿Cómo a un diletante, que fue joven, millonario, amante de múltiples mujeres? ¿Cómo al que puso la piedra basal de la ciencia ficción local con La invención de Morel? ¿Cómo el “escritor satírico”, como él mismo se llamaba, suerte de carta de presentación literaria? ¿Cómo a un hombre culto, lector infatigable, tímido y al mismo tiempo carismático? ¿Cómo todo eso? 

Quizás. Lo que sí tengo por seguro es que Bioy construyó una obra personal y distinta, ajena a la de Borges, en quien nunca buscó una sombra protectora ni, menos, intentó seguir sus pasos porque eso es un imposible. Y porque, sobre todo, prevaleció en ellos una sólida amistad nacida a comienzos de los años treinta del siglo pasado y que se extendió por décadas, a pesar de la diferencia de edad (Borges había nacido en 1899 y Bioy quince años más tarde). 

Bioy quedó fascinado por la inteligencia de Borges, a quien admiró desde el primer instante. A Borges, en tanto, deben haberle llamado la atención las inquietudes intelectuales y de diverso orden que animaban a ese muchacho que aún no había cumplido veinte años, pero que le demostró que era un joven creativo, audaz en sus especulaciones. Pocos años antes había publicado Prólogo, en edición pagada por su padre sin que él lo supiera, y durante la década de 1930 escribió y publicó algunos títulos más, de los que más tarde se arrepentiría, al punto de que nunca permitió que fueran reeditados. En 1940 todo cambió, porque amén de casarse con Silvina Ocampo, dio a conocer uno de sus trabajos más ponderados: La invención de Morel, que resultó el verdadero comienzo de su carrera literaria. 

Como indiqué, a la novela se la considera la primera y auténtica incursión en la ciencia ficción en nuestra literatura. A ella le seguiría Plan de evasión y, más tarde, El sueño de los héroes, a mi manera de ver su obra más conseguida. En sus novelas y en sus mejores cuentos, Bioy reitera una convicción nunca totalmente enunciada: la irrealidad es más plena, lo fantástico supera a lo real porque lo real no tiene respuestas que el autor encuentra en ese “más allá” personal, en el que las máquinas, la imaginación sin freno, parecen dar respuestas que la vida niega: “De chico me resultaba incomprensible que gente que había muerto estuviera ahí, en una fotografía, sonriendo”. 

Aunque Bioy escribió toda su vida, hasta cuando las diversas enfermedades lo habían alcanzado, entiendo que lo central de su obra, la más original, se inicia con La invención de Morel y llega a Dormir al sol (1973). Según comentó, en La trama celeste (libro de cuentos, 1948) “se le soltó la mano”. entregando relatos difícilmente olvidables tales como “El perjurio de la nieve” o “En memoria de Paulina”. En Diario de la guerra del cerdo (1969) imaginó una lucha generacional, jóvenes contra viejos, que reflejaba como pocas ficciones el espíritu de la época. 

Central resultan sus reiteradas colaboraciones con Borges, creadores de H.Bustos Domecq, a su vez “gestor” del personaje Isidro Parodi, quien encerrado en una cárcel resolvía enigmas policiales. Cuentos, antologías, guiones de cine, y similares, fueron sus creaciones. De manera muy reiterada los amigos se reunían para generar obras marcadas por el ingenio y hasta por la comicidad. Recientemente se reunieron de nuevo esos trabajos en un gran volumen titulado Alias. Con Borges gestaron una escritura diferente, una obra recargada de humor que dio lugar a un “escritor” bifronte al que llegó a llamarse Biorges. El extenso Borges, conocido póstumamente, develó que Bioy anotaba todo lo que conversaba con su amigo, día tras día, años tras años. Al momento de escribir estas líneas, el Borges no se encuentra en librerías, como si hubiera sido descatalogado.

También fue reiterada la colaboración que mantuvo con Silvina Ocampo, con la que pergeñó el reconocido policial Los que aman, odian (1946). Tanto esta novela, como otros trabajos de Bioy Casares, fueron llevados al cine. 

En El sueño de los héroes, en los carnavales de 1927, Emilio Gauna sueña su propia muerte. En La invención de Morel, entre tantas cosas, Bioy avizora el cine del futuro. En “El perjurio de la nieve”, un padre busca la forma de detener al tiempo. En Dormir al sol, un consistente científico alemán logra que el amor persista más allá de la muerte. Bioy, en cada uno de sus mejores trabajos, como si utilizara un pico muy afilado, destruye muros y nos lleva a una enriquecida y enriquecedora irrealidad. 

En determinado momento, el escritor se planteó que debía escribir sobre aquello “que sabía”, en el sentido de conocer, y así nacieron sus historias de amor y, especialmente, de desamor. Pero sus relatos fantásticos siguen siendo los mejores. Los que perviven. Y pervivirán. 

Es una gran alegría el hecho de que Bioy Casares, enorme escritor, “se encuentre” de nuevo entre nosotros.

Los libros de Bioy Casares en Alfaguara: La invención de Morel, Plan de evasión, La trama celeste, El sueño de los héroes, Historia prodigiosa, Guirnalda con amores, El lado de la sombra, El gran Serafín, El héroe de las mujeres, La otra aventura y otros escritos, Diario de la guerra del cerdo, Dormir al sol, Últimos cuentos, Últimas novelas, Memorias 

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