THE PARIS REVIEW. ENTREVISTAS (1953-2012)



 

“The Paris Review. Entrevistas (1953-2012)

(Paris Review Anthology (1953-2012))

Acantilado, Barcelona, 2020, 2820 páginas en dos tomos

Traducciones de María Belmonte Barrenechea, Javier Calvo Perales, Gonzalo Fernández Gómez y Francisco López Martín

 

Cien autores son los “convocados” en este libro excepcional que, en dos volúmenes, reúne la serie de entrevistas que The Paris Review realizó a lo largo de las décadas. Una notable composición de voces que representan lo más válido de la literatura mundial de los últimos sesenta años

 

“Un buen libro es más inteligente que su autor”.


Umberto Eco
Un segundo libro de excepción se conoció durante el 2021 (el primero, antes comentado en Noticias desde el sur, es Franz Kafka. Los dibujos). Se trata de la muy valiosa selección de entrevistas realizadas por The París Review en casi seis décadas. La particularidad de estos reportajes está dada por su extensión, pero también por el evidente “trabajo previo” de los encargados de cada entrevista, quienes antes de reunirse con los interesados se han preocupado por conocer sus vidas y obras de manera evidente y ponderable.

 

La mayoría son autoras y autores “literarios”, es decir dedicados a la narrativa, la poesía y/o el ensayo. La excepción la constituye el director de cine Billy Wilder, que ha sido entrevistado en su condición de guionista. El segundo guionista “convocado” es el norteamericano Budd Schulberg.

 

La selección es tan generosa como espléndida, porque este extenso libro permite reencontrarse con las voces de, entre tantos otros, Faulkner, Hemingway, Borges, Nabokov, Eliot, Capote, Greene, Auden, Kerouac, Steinbeck, Seferis, Kundera, Carver. García Márquez, Welty, Updike, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Paz, Steiner, Primo Levi. Y tantísimos más, hasta completar los cien reportajes.

 

Exhaustivos, amigables, pero no demasiado complacientes, plenos de conocimientos sobre los entrevistados, los diálogos despiertan interés reiterado porque el hecho de tener conocimiento previo sobre el autor y su obra facilita los encuentros y propicia que cada uno de ellos se exprese con interés. Y con libertad.

 

Algunas voces

 

Georges Simenon: “Creo que hoy en día hay muchas más personas inseguras y buscándose a sí mismas. Hoy en día hay muy pocas obras literarias como las que escribía Anatole France, por ejemplo. Ya sabe: sutiles, elegantes y reconfortantes. Al contrario, lo que quiere el lector actual son libros muy complejos, que intenten alcanzar hasta el último recodo de la naturaleza humana”. (1955)

 

William Faulkner: “El escritor nunca debe estar satisfecho con lo que hace, aunque su trabajo sea todo lo bueno posible. Hay que soñar con grandes metas y aspirar siempre a mucho más de lo que sabes está a tu alcance. No te molestes en intentar ser mejor que tus coetáneos y o tus predecesores. Intenta superarte a ti mismo”. (1956)


Ernest Hemingway: “Sigo creyendo que un escritor no debe hablar de su obra. El autor escribe para ser leído y cualquier explicación o disertación debería ser innecesaria. En un libro siempre hay mucho más de lo que se capta en la primera lectura y, como creador, el escritor no tiene que explicar nada o andar ofreciendo visitas guiadas por los parajes más completos de un texto”. (1958)

 

Boris Pasternak: “Hay que vivir y escribir sin tregua, con ayuda de las nuevas reservas que nos va ofreciendo la vida. Me agota esa noción de fidelidad acérrima a un punto de vista determinado. Las cosas cambian continuamente y yo creo que uno debe intentar ir adaptando sus ideas a medida que se producen esos cambios. El compromiso heroico con un único punto de vista es algo completamente ajeno a mi forma de pensar, es una postura que denota falta de humildad”. (1960)

 

Jorge Luis Borges: “La inteligencia tiene poco que ver con la poesía. La poesía brota de un poder más profundo, está más allá de la inteligencia, ni siquiera tiene que estar vinculada con la sabiduría. Es algo que tiene vida propia, que posee su propia naturaleza y esa naturaleza es indefinible”. (1967)

 

Eudora Welty: “Todo lo que siente un escritor, la fuerza de toda su vida, puede verterla en un relato, pero por lo que se esfuerza es por crear a partir de eso una obra escrita. Es su obra lo que hay que leer, y lo que hay que pensar es: he aquí algo que no existía y que creó una persona. Hay que leer la obra por lo que es. Ni siquiera importa demasiado quién la escribió”. (1972)

 

La concepción del mundo 

                                                                                                   

Raymond Carver: “Jamás he creído en lo que dijo Shelley, de que los poetas son los legisladores incomprendidos de este mundo. ¡Menudo disparate! Isak Dinesen decía que escribía un poco cada día sin hacerse ilusiones ni desesperar. Eso me gusta. Atrás quedaron los días, si es que existieron alguna vez, en que una novela, una obra de teatro o un libro de poemas podían cambiar loa concepción que las personas tenían del mundo o incluso de ellas mismas. Quizás escribir narrativa sobre ciertas personas que viven ciertas experiencias nos permita entender un poco mejor ciertos aspectos de la vida, pero me temo que eso es todo, al menos por lo que a mí respecta”. (1983)

 

Toni Morrison: “Lo único que me hace sentirme realmente involucrada con el mundo es lo que me pasa por la cabeza cuando estoy escribiendo: entonces sí formo parte de esto y todas las cosas en conflicto e irreconciliables pueden resultar útiles. Puedo hacer lo que los escritores tradicionalmente dicen que hacen: convertir el caos en orden. Pese a que estés reproduciendo el desorden, en ese momento tienes soberanía. Luchar por escribir la obra es extremadamente importante, más importante para mí que publicarla”. (1993)

                                                                                                 

George Steiner: “Vivimos en un clima singular que definió un hombre de genio indiscutible, el señor (Jacques) Derrida, cuando dijo que todo texto es un pretexto. Es uno de los juegos de palabras más terriblemente falaces, destructivos y triviales, pero brillantes, que se han hecho nunca. ¿Qué quiere decir eso? Que todo poema, independientemente de su estatura, está esperando el comentario deconstructor, que todo texto es una mera excusa para ejercer el intelecto. No tengo palabras para expresar lo ridícula que me parece esa afirmación”. (1995)

 

Paul Auster: “Cada novela es un libro nuevo que no he escrito nunca y tengo que aprender a escribirlo sobre la marcha. El hecho de que haya escrito otros libros antes no parece tener relevancia alguna. Siempre me siento como un principiante y topo una y otra vez con las mismas dificultades, los mismos bloqueos, los mismos momentos de desesperación. Como escritor, uno comete tantos errores, tacha tantas frases mal redactadas, abandona tantas ideas desafortunadas y descarta tantas páginas inservibles, que al final lo que descubres es lo estúpido que eres. Es un buen oficio para cultivar la modestia”. (2003)

 

Muchos norteamericanos

 

La mayor parte de los entrevistados son hombres (de los cien, solo dieciséis son mujeres). Y de ellos la mayoría ha vivido, o vive, en los Estados Unidos. La mayoría, además, está constituida por narradores. Hay entrevistados mayúsculos que, en casi todos los casos, se han prestado de buena gana a los reportajes. Hablo de las “montañas” llamadas Faulkner, Hemingway, Nabokov, Borges y varios más, de altísimo atractivo, de amplia riqueza cultural, creativa, que ayuda a potenciar la excelencia de esta selección que se conoció en 2020 en inglés.

 

Son escasas las voces ajenas al inglés: Borges, Vargas Llosa, Cabrera Infante, García Márquez, Cortázar, Javier Marías, Semprún, Murakami, Kenzaburo Oé, Primo Levi, Umberto Eco, Calasso, Yourcenar, Dinesen, Kundera, Ionesco, Simenon, Houellebecq, Nabokov, Pamuk, Singer, Seferis y Böll.

 

Hablo de quienes no han escrito sus obras en inglés, por eso no incluí en esta última lista a autores como Rushdie, en tanto que ya se sabe que gran parte de la obra de Nabokov fue escrita en inglés, pero resultan ineludibles sus antecedentes rusos.

 

En definitiva, una gran fiesta para quienes aman la literatura, la creación. Aquí se han dado cita los grandes gestores de la literatura de la segunda mitad del siglo pasado y la primera década del presente. En definitiva, un verdadero banquete que no es bueno despreciar.

Las tres últimas fotografías corresponden a: Vladimir Nabokov, Guillermo Cabrera Infante y Eudora Welty 

 

Comentarios