LOS DÍAS DEL CÁUCASO, DE BANINE

 


En estos días se ha vuelto a hablar de Arzeibaiyán o Arzebaiján, nación asiática y musulmana que perteneciera a la ex Unión Soviética, porque en la actualidad mantiene un cruel enfrentamiento armado con su vecina Armenia.

 

Baku es su capital y en ese espacio hay mucho petróleo y una histórica intolerancia. En ese país, ganado en parte por el desierto, a comienzos del siglo pasado (1902) nació una mujer llamada Umm-El-Banine Assadoulaeff, a quien Occidente conocería más tarde como Banine. Ella, en su niñez, perteneció a una familia riquísima y extremadamente vulgar, tal como la muestra la propia autora. Luego de la revolución bolchevique, despojada de todo bien, se exilió en París, donde debió “reinventarse” como modelo y periodista. Allí se vinculó con el mundo literario de la época y fue amiga de personalidades tales como la de André Malraux.

 

En sus memorias, recientemente publicadas en nuestro idioma, la autora no elude narrar situaciones íntimas y exhibir mezquindades, propias y ajenas. En sus páginas Banine rescata a la niña que fue, rodeada de increíbles riquezas y también de prejuicios e ignorancia, propios de una familia de pastores que, gracias al petróleo, enriqueció casi súbitamente, como si se tratara de una historia extraída de Las mil y una noches.

 

Los férreos prejuicios hablan de una familia atada a una antigua moral que instalaba a la abuela de Banine como jefa indiscutible del clan y a los integrantes de esa suerte de tribu girando en su derredor, en medio de infinitas peleas, de expresas envidias y de hijas casaderas que debían allanarse a lo que los mayores decidieran. Por consiguiente, ellas no tenían intervención cuando llegaba el momento de buscarles candidatos matrimoniales. Banine, antes de cumplir quince años, también integró esta troupe de niñas sin derecho a opinar y a elegir sobre sus propias vidas.

 

Pese a haber vivido situaciones trágicas, Banine rememora con humor su pasado en el que sobraba el dinero y faltaba muchísimo el amor. Una sola persona, su institutriz europea, intentaba dotar a las pequeñas de otra visión, pero la autora admite que tanto ella como sus hermanas eran indiferentes ante sus desvelos, cuando no abusaban de la paciencia de la extranjera.

 

La familia de Banine era riquísima. Las mujeres que prácticamente vivían encerradas, cargaban todo el tiempo joyas de extremo valor a las que no daban importancia. Sumergidos todos en el pasado, del cercano imperio ruso recibían las “noticias” del mundo moderno y el padre de Banine, distinto al resto de la familia, era quien más atendía esos reclamos.

 

Cuando Banine está por cumplir sus quince años, todo le ocurre de súbito: muere el abuelo multimillonario y tacaño en extremo y ella y sus hermanas se transforman en las mujeres más ricas de Arzeibaján, pero la fortuna les dura pocos días porque estalla la Revolución Rusa, su padre (que ha sido efímero ministro) es arrestado y la guerra se traslada a su país. También la niña se enamorará de un revolucionario bolchevique, aunque resultará al término un amor imposible.

 

Es esa historia de constantes contrastes la que recupera Banine en estas memorias, plenas de recuerdos, plenas de vida.

 

(Los días del Cáucaso, de Banine. Ediciones Siruela, Madrid, 2020, 316 páginas. Traducción de Regina López Muñoz. En España: 19,95 euros. En Argentina no se ha distribuido).

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