Kjell Askildsen (1929) es un escritor noruego admirado por la crítica que, sin embargo, ha publicado muy pocos títulos. El primero de ellos data de 1983, vale decir cuando el autor tenía 54 años. El que ahora comento es su séptima colección de cuentos y aunque fue publicado en su país hace cinco años en realidad recoge textos escritos entre 1998 y 2004.
La austeridad, el decir “lo menos”, el sugerir antes que aclarar, es lo propio de la literatura de Askildsen. Resulta fácil entonces vincularlo con Kafka y, más aún, con Samuel Beckett. Sin embargo, en el epílogo, Julián Rodríguez propone compararlo con Hermann Broch y, asimismo, con el director de cine Michelangelo Antonioni. No ha faltado quien registrara resonancias bíblicas en algunos de sus textos, algo que no he logrado verificar.
Más allá de afinidades y analogías, el autor
noruego trata de “decir” lo mínimo. Una “política” de sustracción, de ir al
hueso: cuantas menos palabras, mejor. Cuanto más se trabaje con indicios, más
posibilidades existen de acercarse a una cierta verdad.
El
escritor nos habla de los burgueses nórdicos, de la inutilidad del esfuerzo
humano, de la extrema dificultad que existe para comunicarnos, para expresar nuestros
sentimientos más profundos. Si se quiere, de la propia banalidad de la vida.
La
amistad que se ha perdido y sin embargo “no se atreve” a ser admitida (“El
precio de la amistad”; “Georg”), la familia que no se reintegra y tampoco se
conecta ni aún en un entierro (“Después del entierro”), una pareja que ya nada
tiene para decirse (“La excursión de Martin Hansen”; “Willy Hassel”). Y así de
continuo.
Quien
lea estos textos que apuestan por la “desnarrativización” (como define Julián
Rodríguez) debe saber que en todos los casos se enfrentará con la punta del
iceberg y que, en la gran mayoría de los casos, se verá obligado a deducir (o en
determinados momentos adivinar) porque todo le será sugerido.
Nada
es fragante en el mundo del autor noruego. Inclusive, por acciones determinadas
de sus personajes, se deducen los hechos turbios, hasta la perversidad que
anima a algunos de ellos. Nada, también, está dicho.
Advertido,
entonces, quien se acerque a estas páginas.
(El
precio de la amistad (Vennskapets pris), de Kjell Askildsen. Nórdica,
Madrid-Buenos Aires, 2020, 91 páginas. Traducción de Kirsti Baggethun y
Asunción Lorenzo. Epílogo de Julián Rodríguez. En España: 16,50 euros. En
Argentina: 850 pesos).
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