Cuentos, de Thomas Wolfe
Editorial Páginas de Espuma, Madrid, 2020, 921 páginas
En España: 38 euros. No se lo ha distribuido en
Argentina.
Thomas Wolfe fue un gran autor, maestro de maestros en los
Estados Unidos, entre ellos Faulkner. Escribió mucho y de manera incesante. El
paso del tiempo ha ido generando desinterés en su obra. Esta excepcional
edición de sus Cuentos viene en parte a reparar esa falta
Una obra monumental. La del autor, una suerte de escritor
incesante, pero también la de la editorial que, pese a la extrema crisis
provocada por la pandemia mundial del Covid-19, se ha atrevido a la
publicación de los cuentos completos de un autor exquisito y postergado: el
norteamericano Thomas Wolfe.
Es difícil encontrar en el mercado un libro de las
características de Cuentos. Tanto por su extensión -casi mil páginas-, como
la compleja tarea emprendida por su traductora y, de manera especial, la
exquisita tarea gráfica realizada.
En efecto, el libro recoge la totalidad de la obra
cuentística de Wolfe, cincuenta y ocho relatos escritos a lo largo de su breve
pero intensa vida, cortada por una tuberculosis que terminó matándolo cuando
tenía solo 38 años.
Pese a su corta existencia, Wolfe fue un verdadero
torbellino creativo, de manera que además de estos relatos que, como dije,
cubren cerca de mil páginas, fue autor de novelas, poemas, obras teatrales y
cuanto se quiera. Su personalidad avasallante quedó bien patentizada en la
película “Genius” (1)
No es para nada fácil “sintetizar” a Wolfe. Al respecto,
corresponde ceder la palabra a la traductora del presente volumen, Amelia Pérez
de Villar, quien comentó a El Cultural, de El Mundo, de Madrid, que
le llevó catorce meses “meterse” en la complejidad del mundo-Wolfe y que “no le
resultó sencillo descubrir que el hilo conductor” de estas historias es, como
dice ella, América, vale decir los Estados Unidos.
“Cuando
llevaba tres o cuatro relatos observé que aquello era como doblar una sábana:
cuatro puntas, cuatro esquinas que apuntan en cuatro direcciones, nada que ver
entre sí, pero parte de un todo. Me sumergí en el texto, en su lenguaje, y
llevé al castellano lo que estaba leyendo, tratando de transmitir a los futuros
lectores lo que estaba sintiendo”, comenta Amanda Pérez.
Deslumbrante relato. El primer cuento que publicara Wolfe, “Un ángel en el porche”, data de 1929, abre el presente libro y es un deslumbrante relato con formidable final que asalta al lector, obligándolo a la relectura, a la profunda reflexión. Nada anticipa ese final al hablar de Gant, un sesentón que está perdiendo prestancia y habilidad en el arte funerario. Lo visita Elizabeth, antigua conocida dueña de pensión, quien le quiere comprar un ángel de piedra para la tumba de una joven mujer que ha hospedado y que murió tras una breve enfermedad.
Con
extrema habilidad, el autor va dando indicios de que todo el relato tiene que
ver con la pérdida, con la finitud. Esa pérdida también tiene que ver con el
amor, con aquello que la vida ha dado, pero también ha quitado. En la página
final, con sutilezas extremas, que incluye el propio “detenimiento” del tiempo,
Wolfe da un paso gigantesco al reflexionar, y hacer reflexionar a quien lee,
sobre la propia existencia.
De
una cierta manera, este excelente relato remite a otro, excepcional, “Los
muertos”, de James Joyce, cuya deriva nos va llevando a ese terreno inesperado
que es donde emerge lo propio del autor irlandés, esto es lo que llamaba la
epifanía.
Este
cuento fue la base de El ángel que nos mira, su primera novela y resulta
también el gran pórtico para ingresar en el mundo del autor, que nos lleva tanto
al pasado norteamericano como a distintas etapas de su vida que incluye su
radicación en Europa, más concretamente en la Alemania de entreguerras, de la
que prácticamente huyó al advertir a tiempo las reales intenciones del nazismo.
Al regresar a Estados Unidos escribió relatos esclarecedores sobre Hitler y sus
propósitos, al punto de que el gobierno nazi le prohibió su regreso a Alemania.
Como
se muestra en la película aludida, el editor Maxwell Perkins lo guio en sus
primeros libros, porque la exuberancia de Wolfe lo llevaba a una retórica tan
espléndida como vacía. Pero la relación no prosperó, porque el escritor se
sentía demasiado limitado, y dependiente, del editor. No obstante, Perkins
logró que tanto El ángel que nos mira como la segunda de sus novelas, Del
tiempo y el río, pudieran ser conocidas por el gran público, que volvió a
Wolfe un autor muy popular.
Durante
cinco años, el escritor fue amante de Aline Bernstein, una mujer casada, cinco
años mayor, que tuvo fuerte y benéfica influencia en su obra.
Lamentablemente, Wolfe enfermó primero de neumonía que luego derivó en
tuberculosis, enfermedad que le provocó la muerte dos semanas antes de cumplir
38 años. Una enorme pérdida.
La
rica narrativa de Thomas Wolfe influyó fuertemente en la literatura
norteamericana del siglo XX, y grandes autores como Faulkner lo declararon como
“el mejor” de su generación. Se adelantó a la autoficción e influyó en
escritores tan disímiles como Jack Kerouac y Philip Roth.
ALGUNOS DATOS
Este
volumen toma como base The Complet Short Stories of Thomas Wolfe, edición de
Francis E. Skipp con prólogo de James Dickey, publicado en inglés en 1987 que,
se señala, sigue siendo la edición más completa de la obra breve de Wolfe.
La
mayoría de los cuentos tienen una extensión mayor a la habitual en el género y,
en algunos casos, son relatos largos que pueden considerarse novelas cortas. De
hecho, varios están publicados por otros sellos de manera independiente, entre
ellos “El muchacho perdido” (o El niño perdido), “La muerte, ese hermano
orgulloso” (o Hermana muerte) y “No hay puerta” (o Una puerta que nunca
encontré), entre otros.
En
cuanto a la edición de Páginas de Espuma, como antes dije es una impresión muy cuidada,
volumen de tapa dura, y de textura
especial. Como se advierte, en cubierta aparece la figura de un hombre que observa las
montañas. Se indica que esa figura es la del mismo Wolfe contemplando el Monte Hood,
en Oregon, 1938. La edición ofrece una lista amplia de los cuentos incluidos,
por orden alfabético tanto en castellano como en inglés.
(1) “Genius” o ”El editor de libros”, película de 2016 dirigida por Michael Grandage, interpretada por Colin Firth, Jude Law y Nicole Kidman. Duración: 1 hora 44 minutos
Un fragmento
“-Dios bendito, Elizabeth -dijo-. Es usted una mujer muy atractiva.
-He llevado una buena vida -dijo ella- Me he cuidado
siempre.
Se conocían bien, de toda la vida. Se conocían a fondo desde la primera vez que se vieron. Entre ellos no había excusas, ni preguntas, ni respuestas. El mundo se alejaba de ellos, como si no fuera real. En el silencio oían el golpeteo rítmico de la fuente, las risotadas del burdel de la plaza. Gant cogió un catálogo de muestras del escritorio y comenzó a pasar las páginas brillantes: estaban llenas de lápidas modestas, de mármol de Georgia o de granito de Vermont.
-No quiero ninguna de estas -respondió impaciente- Ya me he decidido. Sé lo
que quiero.
Él levantó la vista sorprendido.
-¿Y qué es?
-Quiero el ángel que tiene en
la puerta.
(…)
-¿Qué sucede?-dijo
Elizabeth-. ¿No quiere venderlo?
-Le costará un buen montón de
dinero, Elizabeth.
(…)
-Muy bien -dijo al fin-.
Puede llevársela por el dinero que me costó a mí. Cuatrocientos veinte dólares.
(…)
Se pusieron de pie, envueltos
en aquel olor a moho y humedad de la minúscula oficina. La elegante figura de
ella le llegaba a la altura del hombro. Se abotonó los guantes de piel que le
cubrían el pequeño monte de carne rosada de las palmas de sus manos y miró a su
alrededor. El maltrecho sofá de la oficina llenaba toda una pared; tenía
impresa en el cuero la silueta alargada de Gant. Luego miró a Gant con
expresión seria y triste. Y ambos recordaron.
-Ha pasado mucho tiempo,
Elizabeth -dijo él. (pp.10 y 11)
Datos para una biografía
Thomas
Wolfe nació
el 3 de octubre de 1900 en Asheville (Carolina del Norte). Fue profesor de
inglés en la Universidad de Nueva York, entre 1924 y 1930. Su primera
novela, El ángel que nos mira (1929), tuvo un éxito inmediato
lo que le permitió dedicarse por entero a la literatura. Esta obra,
autobiográfica, tiene influencias de los novelistas estadounidenses Theodore
Dreiser, Sinclair Lewis y del irlandés James Joyce. La siguiente fue Del
tiempo y del río, editada en 1935 y más tarde No se vuelve a casa (1940).
El tema central de todas las obras es la búsqueda de valores por parte de un
joven. Su escritura se caracteriza por su lirismo y se le ha comparado en
ocasiones con el poeta estadounidense Walt Whitman. A pesar de que se le siguió
leyendo, su obra no resultó ya tan popular entre los jóvenes de la época
posterior a la II Guerra Mundial. Destaca también la colección de relatos De
la muerte a la mañana (1935), Historia de una novela (1936), Las
montañas de más allá (1941), Diario occidental (1951)
y Escribir y morir (1964). Thomas Wolfe falleció el 15 de
septiembre de 1938, en Baltimore (Maryland) de tuberculosis. Algunos de sus
relatos fueron llevados a la televisión.
Video
Semblanza
sobre Thomas Wolfe. De “Leamos”, de la Fundación Arrieta, subido a YouTube el
17.5.20. Duración: 2,11 minutos
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