Medio siglo con Borges, de Mario Vargas Llosa
Alfaguara, Barcelona-Buenos Aires, 2020, 108 páginas
En España: 17.90 euros. En Argentina: 799 pesos
Un “diálogo” de cincuenta años con la obra borgiana ameritaba un libro de
Mario Vargas Llosa, confeso admirador incondicional del argentino. El autor
peruano reúne artículos escritos a lo largo de su vida relacionados con Borges
“El estilo de Borges es inteligente y límpido, de una
concisión matemática, de audaces adjetivos e insólitas ideas, en el que, como
no sobra ni falta nada, rozamos a cada paso ese inquietante misterio que es la
perfección”
El Mario Vargas de los años jóvenes (Varguitas, en La tía
Julia y el escribidor) se manifestaba sartreano hasta la médula y a partir de
esa posición (socialista, hasta revolucionaria), admitía no tener puntos de
contacto con el conservador y “reaccionario” Jorge Luis Borges. Sin embargo, en
la soledad de su habitación, lejos de sus habituales contertulios, no podía
dejar de leerlo:
“En nuestras discusiones yo procuraba demostrar que un
intelectual que escribía, decía y hacía lo que Borges, era de alguna manera
corresponsable de todas las iniquidades sociales del mundo. Pero, agotada la
discusión, en la soledad discreta de mi cuarto, el hechizo literario borgiano
me resultaba irresistible”.
Un poco más tarde, ya alejado de las ideas socialistas y
adscribiendo a las liberales, al escritor peruano le resultó mucho más fácil
acercarse a la obra de Borges, deleitarse con ella, admirarla y hacer pública
tal “militancia”.
La primera vez que estuvo con Borges fue en 1963, en
París, donde Vargas Llosa vivía, y en la que el argentino recibió múltiples
homenajes que lo desbordaron. Fue, le diría Borges, “una gran sorpresa” que de
ninguna manera esperaba.
“No acababa de entender la creciente admiración y
curiosidad que despertaba”, escribiría Vargas Llosa muchos años después, cuando
Francia entera, en 1999, celebró el centenario de su nacimiento por todo lo
alto.
No fue la entrevista de 1963 la preservada sino otra,
posterior, realizada en casa de Borges en 1981. En esa nota, reproducida en el
libro, el autor de La ciudad y los perros destacaba aquello que,
personalmente, pude también verificar por la misma época: el espartano departamento
en el que vivía el gran creador, incluyendo su pequeño, más que pequeño
dormitorio (“su dormitorio parece una celda”).
Lo “malo” de la entrevista es que Vargas Llosa fue
demasiado sincero y explícito, al punto de hablar de un departamento en muy
malas condiciones, hasta con "una gotera en el comedor”. Fue un dato
que no parece haber querido ser provocador, pero que molestó mucho a Borges, es
decir exponer su pobreza, las limitaciones económicas que tenía entonces.
Una prolongada admiración. Más allá de las anécdotas, en su Medio siglo con Borges, Vargas Llosa logra testimoniar su admiración a través de notas, entrevistas y, de manera central, su (comparativamente) extenso análisis: “Las ficciones de Borges”, en el que destaca el cosmopolitismo borgiano, la exactitud de su prosa, la amplia cultura que lo acompañó desde joven y que se trasuntó en cuentos, poemas y ensayos.
Vargas Llosa habla también de las posiciones políticas de
Borges, tantas veces motivo de controversia, cuando no inadmisibles, aunque no
deja de señalar el cambio que experimentó luego de la Guerra de Malvinas y que
quedó documentada en diversos textos. Fue cuando su amor por María Kodama pudo
ser expresado y Borges tuvo otras noticias, otra información, de lo que en
realidad venía pasando en Argentina y Latinoamérica por aquellos años.
Y así como aclara el cambio de posiciones de Borges
respecto del militarismo, también sostiene el autor de Conversación en La
Catedral que, pese a lo que se ha dicho en contrario, Kodama le devolvió
alegría a un hombre que, al final de su vida, había logrado convivir con la
mujer que amó durante años.
El libro resulta inexcusablemente breve y de Vargas Llosa
hubiera deseado más, especialmente porque tiene antecedentes ensayísticos
extensos y por lo tanto más abarcativos. Como ejemplos, cabe citar a Historia
de un deicidio, dedicado a Gabriel García Márquez, y a La orgía perpetua,
incursión sobre la obra de Gustave Flaubert.
Más allá de eso, como suele ocurrir se impone Borges, su
manera de decir y pensar, y -eso sí- Vargas Llosa resulta muy efectivo a la
hora de permitir que a través de estos textos se lo vuelva a escuchar.
No es poca cosa.
En el blog
Video
Diálogo de Mario Vargas Llosa con la escritora y
periodista Leila Guerriero sobre Medio siglo con Borges, subido a YouTube por
Espacio Fundación Telefónica Madrid el 30.6.20. Duración: 53,48 minutos
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