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July en "Tú, yo y todos los demás", película de 2005, dirigida y actuada por la autora |
Nadie es más
aquí que tú (No One Belongs Here More Than You), de Miranda July.
Literatura Random House, Barcelona-Buenos Aires, 2018,
195 páginas.
Traducción de Silvia Barbero Marchena.
En España: 17.90 euros. En Argentina: 649 pesos.
La
norteamericana Miranda July (un seudónimo, su verdadero apellido es Grossinger)
es una artista múltiple que no sólo ha escrito libros, sino que también es
actriz, directora de películas (está trabajando en su tercer largometraje) y perfomer, entre otras actividades culturales.
Una muestra de su versatilidad es el video que puede verse al final de la nota
que, además, habla de su amplio sentido del humor.
Como
escritora ha publicado una novela, un libro de no ficción y el presente volumen
de cuentos, con edición original en 2007 y que ha sido reeditado recientemente
en nuestro idioma. July se muestra muy hábil y efectiva como autora de relatos
cortos. En ellos prevalece la idea de la soledad en el mundo urbano, la
imposibilidad (o, en todo caso) la dificultad para establecer relaciones
amorosas, y también “lo raro” que puede llegar a percibirse más allá de la
monotonía de lo cotidiano.
Cuanto más
breves los relatos, más interesantes. “El niño de Lam Kien” es ejemplar en ese
sentido. En el relato, una mujer admite que cuando hace más de veintisiete
pasos no puede seguir avanzando porque es atacada por el pánico. En el momento mismo
es que ha caminado esa distancia que la sumerge en la extrañeza, se le presenta
el niño del título, hijo de un peluquero presuntamente extranjero. Ella
establece una relación peculiar con el pequeño, quien mientras visita su casa formula
afirmaciones y preguntas insólitas, o en todo caso infrecuentes, tales como que
tiene un perro inexistente, o si ella toca el bandoneón o por qué no compra una
litera para su dormitorio.
En el mundo
del hijo de Kien hay una lógica particular, que de cierta manera ella va
percibiendo e incorporando a su propia vida. Cuando el niño vuelve a su casa,
la mujer se queda sola y el cuento “arriba” a otra dimensión, extraña,
indefinible, pero también intensa: “La puerta se cerró tras él. Yo cerré la mía
y me dediqué a escuchar el sonido de la succión. Era el sonido de la Tierra al
alejarse precipitadamente de mi departamento a una velocidad tal que resultaba
difícil imaginarla”.
Y más
adelante: “Me quité los zapatos y me metí bajo la colcha. Susurré: cierra los
ojos, y cerré los ojos y me convencí de que era de noche y que el mundo me
rodeaba, durmiendo. Me dije que el sonido de mi respiración era realmente el
sonido de todos los animales del mundo cuando respiran, incluso el de los
humanos, incluso el del niño, incluso el del perro, todos juntos, todos
respirando, todos en la Tierra, de noche”.
El segundo
basamento de esta serie de cuentos refiere a la sexualidad. El sexo, en los
relatos de July, es muchas veces franco, pero no resulta liberador,
comunicativo, ni erótico. Tiene que ver, fundamentalmente, con la imposibilidad
de la relación profunda de la pareja. Ellos (ella y él: o, en determinados
casos, ella y ella) no se relacionan. En el mundo de solitarios urbanos,
subraya la autora, la soledad es la constante.
Otras veces
los textos remedan los sueños y en casi todos, o todos, una pátina de tristeza
los cubre, alcanza a los personajes, se yergue como espejo para que contemplen
la complejidad del mundo (y la perplejidad que produce, tantas veces): ”Cuando
escribí parte de estas historias estaba mucho más triste que ahora, pero la
tristeza siempre ha sido algo importante en mi vida”, le respondió la autora a
Guillermo Altares, de “El País” de Madrid cuando la entrevistó en Nueva York, a
poco de aparecer en Madrid la primera edición en castellano del presente libro,
en 2009.
Una
interesante autora o, en todo caso inquietante. Tal mi opinión y la de muchos
más, aunque admito que también July y su obra reciben críticas adversas. Como
una suerte de muestra de lo que expreso transcribo la opinión del responsable
del blog “Solodelibros”, de España, quien afirmó que en las ficciones de la
escritora norteamericana prevalece ”la
inanidad, la banalidad” y que sus textos, más allá de las intenciones que
tengan, “resultan vacíos”.
No
esa la única opinión en contrario que he leído y que transcribo para que los
lectores de esta nota “escuchen” otras campanas diferentes a la que he hecho
resonar. Será cuestión de recorrer el libro, sacar sus propias conclusiones
Miranda July (Miranda Jennifer
Grossinger) nació en Berkeley, California, en
1974, y actualmente vive en Los Ángeles.
Es cineasta, actriz, performer, escritora y artista multidisciplinar. Su obra
se ha presentado en lugares como The Kitchen, el museo Guggenheim o el MoMA, y
en dos bienales del Whitney. Escribió, dirigió y protagonizó su primer
largometraje, “Tú, yo y todos los demás” (2005), que recibió un premio especial
del jurado en Sundance y la Caméra d'Or en el Festival de Cannes. “El futuro”
(2011), su segunda película, optó al Oso de Oro del Festival de Berlín y fue
seleccionada entre las mejores películas del año por The New Yorker. Nadie es más de aquí que tú fue su
primer libro de relatos, publicado en veintisiete países y galardonado con el
Frank O'Connor International Award (2007). Su libro de no ficción Te elige (2012) fue uno de los mejores
libros del año según Amazon, y Oprah Magazine lo destacó como lectura
imprescindible de ese año. El primer
hombre malo (2015) fue su primera novela y se publicó en más de veinte
países.
Video: “Cómo
se hacen los botones”, de y con Miranda July. Subido por lalululaTV a YouTube
el 29.8.16. Duración: 4,51 minutos, con subtítulos en castellano.
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