EL LEGADO DE HEBE UHART


Me parecen acertadas las palabras de Flavia Pittella al despedir a Hebe Uhart, fallecida hoy a los 81 años: “Se impone leerla, como un mantra, para entender qué es escribir”. Porque, precisamente, la autora de El budín esponjoso sabía hacerlo. Sus cuentos y novelas, insuflados por el humor, “atravesados” por las reflexiones más inesperadas (y hasta explosivas), seguro que no se parecen a otros registros de autores argentinos. Aunque, vaya a saberse, porque en general cuando se dice “argentinos” se habla de las escritoras y escritores de Buenos Aires, hoy llamada La Ciudad, para más inri –dirían los españoles- de quienes no vivimos en ella.
Esto es sin duda una digresión, ajena a Uhart, que conocía el país, que era una gran viajera y que supo contar de una manera especial esos desplazamientos, a punto tal de que sus últimos libros habían abandonado la ficción para narrar en cambio la experiencia de sus contactos con mundos, en general, ajenos a la gran urbe.
El sello Adriana Hidalgo había comenzado a publicarle sus obras completas. Ya se habían editado sus Relatos reunidos, en 2010, por Alfaguara, pero ahora el proyecto resulta más ambicioso. El primer tomo -conocido hace pocas semanas- Novelas completas, reúne a sus seis ficciones largas. El propósito de la editorial era el de seguir luego con sus cuentos y por fin con sus libros de viajes. Ojalá que tal plan se mantenga.
Admito que cuando vi en tapa de las Novelas completas la fotografía actual de Uhart quedé sorprendido, porque se la veía muy envejecida, muy desmejorada. Es cierto, como no la conocí ni la frecuenté, era lógico recordarla de acuerdo con las imágenes más reiteradas, vale decir las de una mujer con menos años, que solía aparecer en las fotografías retratada de perfil, como si mirara un “algo” ubicado en algún lugar lejano y que sólo ella percibía.
Sí, Pitella tiene razón. Conviene acercarse a sus buenos cuentos, a sus originales novelas, a los detalles de sus viajes. Son una buena compañía. Son su mejor legado, por el que quedo, quedamos, muy reconocidos, señora Hebe Uhart.

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