POSTALES; "SOY PILGRIM", DE TERRY HAYES. LA PREMIO NOBEL ALEXIIÉVIC. ARENAS MOVEDIZAS, DE HENNING MANKELL. EL PLACER DE LA LECTURA RENOVADO. PREMIAN A MUÑOZ MOLINA. DIBUJOS DE CRISTIAN LEHMANN
La aventura sin fin. Alguien definió a
“Soy Pilgrim”, la novela-éxito del inglés Terry Hayes con una frase argentina
más que actual: “Es muy pochoclera”. Y no le faltaba razón, porque este
thriller en el que se funden lo policial con una historia de espías e intriga
internacional, remite a espectáculos del tipo “Misión imposible” o a alguna película
de los “ancianos” Schwarzenegger o Stallone, en las que el consumo de pochoclo,
palomitas o popcorn alcanza en los cines proporciones siderales. “Soy Pilgrim”
es intensa, y muy extensa. Arranca con un extraño crimen registrado en Nueva
York poco tiempo después del atentado contra las Torres Gemelas y, luego de
recorrer diversos escenarios del mundo, concluye en Turquía, donde un
súper-espía norteamericano tiene que vérselas con un lobo solitario,
fundamentalista y de talento excepcional, al que llama El Sarraceno.
Trepidante, débil en sus argumentaciones en diversas oportunidades (como pasa
con este tipo de superproducciones destinadas al gran espectáculo), la
grandilocuencia se muestra como el motor de esta historia que tiene su
atractivo central es que estamos ante una suerte de aventura sin fin, cuyos
detalles no se pueden revelar, salvo decir que El Sarraceno pone en peligro a
Estados Unidos en primer término. Y que eso es algo que los superhéroes no
pueden permitir. Hayes ha sido guionista del cine de acción (de la segunda Mad
Max, entre muchas otras) y se nota. Su personaje central resulta a veces
querible y a veces detestable. Y Hayes-Pilgrim terminan entregando una mirada
“republicana” de la historia contemporánea, según la cual la mayoría de las
veces el fin justifica los medios. Sobradamente. Esta historia de altos y bajos
escrita en breves capítulos y que abre interrogantes página tras página, se
podrá ver próximamente en cine, porque Hayes escribió el guión respectivo. La
dirigirá Mattew Vaughn, quien ya dirigió otras películas de acción. Sin
descartar la alternativa de que Pilgrim (o el Peregrino) regrese en otra
historia dado que Hayes, con astucia, ha dejado sin resolver un nuevo crimen
planteado en las últimas páginas de la novela. (Salamandra, 2015, 862 páginas.
Traducción de Cristina Martín Sanz).
El periodismo
ingresa al Nobel.
No se ha hecho demasiado hincapié en el hecho de que la Academia Sueca premió
con el Nobel de Literatura a una periodista. Previamente el galardón había
recaído en escritores que también han practicado el oficio, como Mario Vargas
Llosa, por ejemplo, pero en esos casos los autores o las autoras galardonados
lo han hecho como ejercicio complementario, no como cuestión central del
oficio. Esta vez no ha ocurrido así, dado que la bielorrusa Svetlana Alexiévich
es una periodista de investigación, que escribió diversos libros relacionados
con la realidad de su país y, especialmente, de la que fue la Unión Soviética,
en cuestiones sensibles como lo han sido el accidente nuclear de Chernobyl o la
guerra en Afganistán. Ella es muy crítica de lo que hoy son Bielorrusia y Rusia
y con sus líderes respectivos, afirmados ambos en el poder con fuertes cuotas
de autoritarismo y represión, ya se trate del bielorruso Aleksandr Lukashenko
(presidente desde 1994) o de Vladimir
Putin, quien en la práctica se encuentra al frente de Rusia desde fines de
1999. Alexiévich ha sido censurada varias veces y por eso en distintas
oportunidades residió en Alemania, aunque en la actualidad ha vuelto a Minsk,
la capital de Bielorrusia o Belarús. En tanto, con su premio y como señalé, la
Academia parece haber finiquitado la discusión respecto de si puede
considerarse o no al periodismo como otra rama de la literatura. En lo
particular, repitiendo conceptos ajenos, sigo creyendo que la literatura es
“contar desde dentro” y periodismo hacerlo “desde fuera”, aunque esto se haya
convertido en discusión casi bizantina. En cuanto a la autora premiada, sus
libros comenzarán a ser conocidos masivamente en nuestro idioma a partir del
año próximo. El único libro que de ella ha circulado en castellano es “Voces de
Chernobyl”, que será reeditado en breve. En tanto: ¿escucharemos alguna vez
decir Nobél y no Nóbel, como suele ser mal pronunciado en casi todos lados, todo el
tiempo?
Las “arenas
movedizas” de Mankell.
En este blog ya
expresé mi pesar por la muerte de Henning Mankell, el creador del inspector
Kurt Wallander.
Sorprendido, verdaderamente, por un cáncer avanzado del que tuvo noticias a
comienzos del año pasado, luego de superar la primera etapa de sorpresa, temor
y depresión, Mankell decidió “pelearle” a la enfermedad que iba a terminar
abatiéndolo semanas atrás, llevando una vida lo más activa que le fuera
posible, al tiempo de someterse a diversos tratamientos que le permitieron
alargar su vida casi dos años. En esos meses, Mankell escribió un libro de
reflexiones y recuerdos, “Arenas movedizas”, en el que queda evidenciado que la
enfermedad lo volvió especialmente sensible sobre lo que es “ser-en-el-mundo”.
Reflexiona entonces sobre las miserias humanas que ha conocido y también sobre
los logros de nuestra especie que siempre ha debido luchar contra la
adversidad. Una de sus obsesiones tiene que ver con lo que dejamos hoy a los
habitantes del futuro. Y entre lo que dejamos están los residuos nucleares que
pueden resultar “bombas de tiempo” de aquí a muchos años. Experiencias de vida,
la conciencia de ser él mismo (y ningún otro) tomada cuando era niño, sus
viajes por el mundo (que incluyen sus personales experiencias en Buenos Aires,
a la que “caminó” en solitario, sin guía ninguna, tratando de entenderla a
fondo, golpeado por la miseria que advirtió en la calle y también por
bailarines de tango –entre ellos una ciega- que lo sorprendieron también en la
calle). “Arenas movedizas” (arenas que contrariando a la leyenda, jamás
engullen a quienes se meten en ellas) es una variada, profunda, también
melancólica, mirada de despedida sobre el mundo, mientras al autor lo invadían
las sombras. Libro que, por esas características, en determinados momentos
llega a conmover. Como colofón, cabe indicar que antes de morir Mankell entregó
los originales de lo que será su última novela, “Botas de lluvia suecas”, continuación
de “Zapatos italianos”, y que se conocerá el año próximo. (Tusquets, 2015, 374
páginas. Traducción de Carmen Montes Cano).
El placer de la
lectura.
La página española El Placer de la Lectura, dirigida por José “Pepe” Rodríguez,
dedicada al ámbito de la literatura universal, se ha renovado de manera
integral y así, a los acostumbrados comentarios de novedades, le han añadido una
serie de contenidos que la enriquecieron notablemente. De manera que quien
visite http://www.elplacerdelalectura.com
además de encontrarse con las críticas a los libros de reciente publicación en
España, puede recorrer secciones tales como “Novedades”, “Comparativas”, “Recomendados”,
“Curiosidades”, “Juegos” y “Concursos”. Las notas más leídas refieren a los
cien mejores libros de la literatura universal, cuáles son los textos “famosos”
que pocos han terminado de leer o conocer “las librerías más alucinantes del
mundo”, entre otros múltiples temas. A los amigos de "El placer", que se han mostrado tan generosos con mi
persona (cada tanto aparecen mis colaboraciones), vayan las congratulaciones del caso. Si
visitan la página, los lectores de este blog seguro que no se van a arrepentir.
“Inesperado” premio
a Antonio Muñoz Molina. “Como la sombra que se va”, la
excelente y más reciente novela del español Antonio Muñoz Molina, oportunamente
comentada en este blog, ha recibido el octavo Premio Iberoamericano de
Novela Elena Poniatowska que otorga la Secretaría de Cultura de la ciudad de
México a libro editado y que presenten las mismas editoriales. Por eso, para
Muñoz Molina resultó una sorpresa saberse galardonado por esa novela en la que
confluyen dos grandes historias: la del asesino de Martin “Luther” King y la
propia del narrador, en los años en que era un desconocido que buscaba su
personal destino. La riqueza expresiva del escritor aquí se muestra agudizada a
punto tal que el lector “olvida” las más de 500 páginas del volumen mientras se encuentra sumergido en un texto de múltiples atractivos.
La
ley de Lehmann. Diariamente, en “El Litoral” de Santa Fe, Argentina, aparecen
las viñetas de Cristian Lehmann, un dibujante de gran talento que ha hecho del
chiste mudo su mejor carta de presentación. Como cierre de este “caleidoscopio”,
aquí van algunos buenos dibujos del talentoso creador gráfico:
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