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Kurt Vonnegut fue el irónico cronista de la
desazón contemporánea. Dueño de un imbatible humor, escribió una serie de
novelas que lo hicieron muy famoso en su país, los Estados Unidos, al que
expuso de una manera tan exhaustiva como incómoda, porque a través de la sátira
logró captar su verdadero rostro. Fama que excedió largamente a su país, dado
que cobró merecido renombre universal.
La editorial argentina La Bestia Equilátera se
encuentra exhumando parte de la obra de este autor fallecido en 2007. Así,
luego de haber publicado “Cuna de gato”, “Desayuno de campeones” y “Payasadas”,
reedita ahora “Pájaro de celda”, novela de 1979 muy marcada por lo que fue el
episodio de Watergate, un hecho insoslayable de la historia contemporánea
estadounidense que puso en jaque a sus instituciones y que provocara la
renuncia del hasta entonces incombustible Richard Nixon.
Pero, claro, Vonnegut no fue un periodista del
relato, sino un literato, de manera que sus novelas son rupturistas, incluye
situaciones y personajes estrambóticos, aporta datos de crónica que superponen
con otros totalmente ficcionales, incluye textos dentro del texto central (en
forma de cuentos, en este caso de ciencia ficción) y la historia principal que
relata es disparatada, pero también muy meditada, porque es al capitalismo y al
estilo de vida norteamericano al que apunta con sus dardos más filosos.
El protagonista es Walter S. Starbuck, quien
en el comienzo de la novela y a los 65 años está a punto de dejar la cárcel,
donde ha sido alojado luego de haber recibido condena por ser uno de los
responsables del caso Watergate, aunque esa responsabilidad fue accidental y en
todo caso provocada por otros, que buscaron sacarse pruebas de encima, por las
que resultó incriminado.
“El presidente (Richard Nixon)
reparó en la
columna de humo que se elevaba
desde mi
asiento, e irrumpió las
deliberaciones para
clavarme los ojos. Tuvo que
preguntarle a
Emil Larkin quién era yo”.
Después de Nixon
La historia se sitúa en un tiempo posterior al
período de Nixon, cuando todo parece estar bajo el dominio de una gran
corporación, la RAMJAC. Starbuck advertirá a quien lea su relato que a poco de
salir de la cárcel se transformará en uno de los vicepresidentes del grupo,
pero demorará en aclarar a causa de qué.
La corporación parece abarcar todos los
espacios y cada una de las múltiples empresas que el protagonista cita,
terminan siendo dependencias de ella, ya se trate de The New York Times o de
una fábrica de comida para animales. Nada de lo que ocurre en el mundo híper
capitalista en el que se mueve Starbuck y cuantos se relacionan con él, parece
ser ajeno a la RAMJAC. Y nada parece que puede hacerse para huir de su
influencia.
“Las empresas de RAMJAC, por su propia
naturaleza, eran tan indiferentes a las alegrías y tragedias de los seres
humanos como la lluvia que caía la noche en que Madeiros, Sacco y Vanzetti
murieron en la silla eléctrica. Habría llovido de un modo u otro. La economía
es un sistema meteorológico irreflexivo, y nada más”, escribe el protagonista.
Lo hace con tardía resignación y suma
melancolía, porque cuando joven fue un idealista activo que creía que podía
cambiarse la marcha del mundo, las relaciones humanas, hacer desaparecer
cualquier sistema de sumisión y esclavitud. La realidad que se le presenta es
distinta, aunque él admite que mantiene sus esperanzas, pese a sentirse “un
imbécil” por sostenerlas.
“No hay paredes contra las cuales estrellarse,
y ni siquiera hay puertas estrelladas –advirtió el crítico Leonardo Moledo
cuando apareció la primera edición de “Pájaro de celda”-. Y como consecuencia
para Vonnegut no hay (y aquí reside tal vez una de las claves de su obra)
sentimiento trágico. Donde un personaje de Kafka se detiene ante las puertas de
la ley y espera indefinidamente a que lo dejen entrar, Vonnegut improvisa una
amable conversación con el guardián”.
“Todavía creo que la historia de
Sacco y Vanzetti aún puede
penetrar en la médula de las
generaciones futuras”.
El recuerdo de Sacco y Vanzetti
A su manera, en “Pájaro de celda” Vonnegut
repasa los hechos más significativos registrados en los Estados Unidos durante
la mayor parte del siglo XX. Así, con ironías punzantes y reiteradas,
mixturando la historia general con la personal de Starbuck, en el libro se
pueden leer referencias a la Primera y a la Segunda Guerra Mundial, a la Gran
Depresión de 1929, a las luchas sociales, a asesinatos célebres, como el de
John Kennedy, y, con mayores detalles, a las ejecuciones de los anarquistas Bartolomeo
Vanzetti y Nicola Sacco (foto).
“El Departamento de Justicia elaboro listas
secretas de extranjeros que no ocultaban cuán injustos, ilusos, ignorantes y
codiciosos consideraban a muchos dirigentes de esta presunta tierra prometida.
Sacco y Vanzetti estaban en la lista. Fueron seguidos por espías del gobierno”,
recuerda Vonnegut, quien también propone que se los vea como partícipes de una
iconoclasta Pasión contemporánea.
La historia con visos cómicos que cuenta el
narrador respecto de Starbuck, que pasa del ostracismo a la popularidad en casi
segundos y en el mismo escaso tiempo vuelve a la sombra, en un constante vaivén
que habla por sobre todo de la inestabilidad de la vida, de lo poco que
contamos a la hora de las decisiones.
Una mujer, que vuelve del pasado, le cambiará
el rumbo, como a tantos otros y, como a tantos otros, lo imprevisible servirá
para que se estrellen sus expectativas. Pero el protagonista no dejará de
pensar que se trata todo al fin de un largo sueño y que, en definitiva, como ha
solido decirnos Vonnegut, nunca será para tanto. Y al mismo tiempo hay que
seguir luchando y creyendo. ¿Por qué? Por el Sermón de la Montaña, como expresó
alguno de sus personajes. Como insistentemente expresó el mismo autor.
“Yo trataba de
poner la mente en blanco, pues el pasado era bochornoso y el futuro era
aterrador. Con los años me había ganado tantos enemigos que dudaba que pudiera
conseguir un trabajo de barman. Cada vez estaría más sucio y más andrajoso,
pensaba, pues no recibiría dinero de ninguna parte. Daría con mis huesos en un
bajo fondo y aprendería a combatir el frío con vino, pensaba, aunque nunca me
había gustado el alcohol”.
Perfil
Kurt Vonnegut Jr. nació en Indianápolis en 1922 y
falleció en Nueva York en 2007. Realizó estudios de química en la Universidad
de Cornell, los que tuvo que interrumpir para unirse al ejército estadounidense
durante la Segunda Guerra Mundial. En 1945 presenció como prisionero de guerra
la matanza de cientos de miles de civiles en el bombardeo de Dresde. Esta
experiencia lo marcó para siempre, tanto como el suicidio de su madre y la
muerte de su hermana, para quien decía que escribía. Publicó libros de ensayos
y de cuentos y obras de teatro, pero es en sus novelas donde Vonnegut mejor se
expresa. Su primer libro fue “La pianola”, al que le siguió “Las sirenas de
Titán” (1959) para dar paso luego a la serie de novelas interrelacionadas por
temas y personajes: “Madre noche” (1961), “La cuna del gato” o “Cuna de gato” (1963),
“Dios lo bendiga, Mr. Rosewater” (1966) y “Matadero 5” (su novela más famosa, de
1969). “Desayuno de campeones” (1973) fue un parteaguas (antes y después) en su obra.
Luego vendrían “Payasadas” (1976), “Pájaro de celda”· (1979), “Buena puntería”
(1982), “Barbazul” (1987) “Hocus Pocus” (o “Birlibirloque”,1990) y “Timequake”
(su última novela, de 1997). Entre los libros de cuentos del autor se destacan
“Bienvenidos a la casa del mono” (1968) y los póstumos “Mire el pajarito”
(2009), “Mientras los mortales duermen” (2011) y “La cartera del cretino”
(2013). Entre sus libros de ensayos deben ser mencionados “Guampeteros, fomas y
granfalunes” (1974) y “Un hombre sin patria” (2005). Se han hecho varias
películas y series de televisión basadas en sus ficciones.
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Algunos enlaces:
En inglés:
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Video; “Kurt Vonnegut – So it goes”. Documental de
BBC Arena, en ingles y traducido al italiano. 1983. Duración una hora.
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