A una edad ciertamente tardía (55 años) Pierre
Lemaitre comenzó su carrera de novelista que siete años más tarde le llevaría
hasta el (nada menos) Premio Goncourt, el más codiciado de Francia. Nos vemos
allá arriba, la historia galardonada que gira en torno a la Primera Guerra
Mundial, fue traducida este año al castellano y recientemente distribuida
en la Argentina.
Desde un punto de vista comercial la novela no
puede ser más oportuna, porque aparece cuando el mundo entero recuerda el
estallido de esa enorme carnicería humana llamada también la Gran Guerra, que
duró cuatro años, reformuló el mapa europeo, cambió la historia misma de la
humanidad y en la práctica, a pesar del enorme precio pagado, no resultó más
que el prolegómeno de la Segunda Guerra Mundial, que resultaría aún más feroz.
No hay, por cierto, necesidad de establecer
comparación alguna entre ambas contiendas. La bien llamada “guerra de
trincheras”, en la que se ensayó toda clase de artilugios para exterminar al
enemigo, fue brutal, exasperante y exhibió con mucha impudicia las reales
“necesidades” de quienes mandaban y enviaban al frente a los más jóvenes de
cada país para encontrarse con y saber de qué se trataba el horror.
En el primer capítulo de Nos vemos allá
arriba, con una habilidad aplastante, Lemaitre sumerge al lector en la
brutalidad, la confusión, la vesania y hasta la banalidad de la contienda. En ese capítulo aparecen los protagonistas
centrales de la novela: el débil soldado Albert Maillard y el inescrupuloso
teniente Henry d’Aulnay-Pradelle. A ellos se sumará otro soldado, Édouard
Péricourt, y a través de los tres con sus acciones quedarán expuestas las
verdaderas consecuencias de la guerra.
Del drama a la picaresca
Las intenciones de la novela pueden confundir,
dado que el primer capítulo que, como señalé, es de gran calidad, muy bien
resuelto, parece decirle al lector que todo referirá a la guerra, a lo que en
ella acontece, pero al capítulo siguiente la contienda ha concluido y por ende
comenzado el período de paz, de reacomodamiento a la vida civil.
Y de inmediato, Lemaitre relata de
otra manera, porque lo que le ha interesado contar es definitiva una historia
propia de la picaresca. En efecto, su propósito ha sido el de exponer ese otro costado que deja la guerra, vale
decir de cómo sobre tantos muertos, mutilados, heridos, humillados,
desplazados, empobrecidos, se encumbran y hacen su agosto los vivos, los
aprovechados y, especialmente, quienes tienen poder.
Pero no hay felicidad en la historia, sino un reiterado
dolor que experimentan varios de sus protagonistas, especialmente los ex
soldados Albert y Édouard. Estos, que no llegaron a conocerse durante en la
guerra, sin embargo a causa de ella y por un episodio truculento quedarán ligados de por
vida.
El tercero en discordia, Pradelle (como todos
lo llaman), es un “venido a menos”, de familia noble pero empobrecida, que
trata por todos los medios de enriquecerse para recuperar el prestigio social perdido.
Y con esa finalidad no vacila al tomar caminos espurios, como ocurriera en la
guerra, cuando por su decisión caprichosa y sus mentiras, se produjeron los
hechos que irían a desgraciar tanto a Albert como a Edouard.
Sin escrúpulos
Pradelle es un hombre sin escrúpulos. Lo
demuestra al enviar a la tropa a una acción límite totalmente innecesaria y no
vacila en volverse criminal con tal de que se cumpla la misión, acto que estuvo
a punto de denunciar Albert y que por esa causa casi termina asesinado. Édouard
logra salvarlo, pero al precio de sufrir una brutal mutilación.
El lector de este comentario advertirá que no
me detengo en los detalles de la novela, puesto que de cierta manera ha
sido elaborada como una suerte de policial y por consiguiente conlleva “misterios” que no
conviene exponer. Lemaitre
mismo lo expresa su diálogo con Javier García, de “La Tercera”, de Santiago de
Chile: “Se dará cuenta de que en mi libro hay técnicas de un policial: giros,
pistas falsas, sorpresas, clímax…”.
Para reconstruir su fortuna, Pradelle hace
suyo el negocio de los cementerios a los que deben trasladarse los restos de
los soldados muertos en la guerra, apelando a toda clase de recursos
irregulares, en tanto que Albert y Édouard, por disímiles motivos, montarán
otra clase de subterfugio, también con fines muy poco altruistas.
Novela intensa, extensa e irregular, como
señalé tiene un comienzo de alto nivel literario que luego Lemaitre no supo o
no quiso mantener. A mi juicio, una verdadera pena. Es una ficción que tiene
méritos, aunque a su autor no deja de llamarle la atención que haya sido
premiada con el Goncourt, pese
a tratarse de de “una novela de aventuras”, como bien le advierte a Inés Martín
Rodrigo, de ABC de Madrid.
….
Fotografías laterales: escenas de la Primera
Guerra Mundial.
“Albert corre un poco
encorvado por un escenario apocalíptico, acosado por los obuses y las
sibilantes balas, agarrando el arma con todas sus fuerzas, con paso pesado y la
cabeza hundida entre los hombros. La tierra se le pega a los borceguíes, porque
en los últimos días ha llovido mucho. A su lado hay tipos que gritan como locos,
para embriagarse, para armarse de valor. Otros, en cambio, avanzan como él,
concentrados, con el estómago encogido y la garganta seca”.
Datos para una biogafía
Pierre Lemaitre nació en París en 1951.
Escritor, guionista, creó su propia empresa de formación pedagógica, dirigida a
grupos específicos, como el de los bibliotecarios, a los que ha impartido
clases de literatura. A partir de 2006 comenzó a publicar novelas policiales, a
saber: Travail soigné (2006), Robe de marie”(2009), Cadres noires (2010), Alex (2011), Les Grandes Moyens (2011), Sacrifices (2012) y Rosy et John (2013). Hasta el presente Alex es la única de esas novelas que ha sido traducida al
castellano. Esta ficción será llevada al cine por James B. Harris, en tanto que
Albert Dupontel se propone hacer lo mismo con Nos vemos allá arriba. Este
relato, además del Premio Goncourt, ha recibido el Prix Roman France
Telévision, el Premio de los Libreros de Nacy Le Point y el Premio a la mejor
novela francesa de 2013 otorgado por la revista Lire.
….
Enlaces
Video: Entrevista a Pierre Lemaitre (5/11/2013; en
francés):
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